Una familia ha realizado una veintena de denuncias por exceso del ruido que provoca un local de la Plaza de Toros

Una familia de Morón de la Frontera, padre, madre e hijo pequeño, llevan casi tres años viviendo un calvario que está afectando a su salud. El motivo, un exceso de ruido provocado por uno de los locales de la Plaza de Toros, que en estos momentos basa su actividad en su alquiler para fiestas privadas. El abogado de la familia, Antonio Reina, atendió a Radio Morón para explicar la situación. «Si bien es cierto que este local dispone de una licencia municipal de sala de baile o discoteca, incumple reiteradamente el exceso de ruido, las instalaciones, el espacio de dominio público y, además, incumple las órdenes de la Policía Local».

Hace referencia a este desacato porque en estos años, la familia ya ha realizado más de una veintena de denuncias, tanto a diversas instituciones (desde el propio ayuntamiento de Morón hasta la Fiscalía de Medioambiente) como a la Policía Local. El procedimiento siempre es el mismo: la familia llama, los agentes se personan en el local, informan de la irregularidad... pero no se acaba con la fiesta, incluso a pesar de haber recibido múltiples avisos en la misma noche. «Todo esto está generando una permanente y constante ansiedad, no solo los padres, sino el hijo menor de edad, que es más grave todavía».

En una de las denuncias, existe un informe del propio ayuntamiento en que se reconoce que este local no tiene licencia para veladores, «pero aun así, lo ocupan». También dejan la puerta abierta, con lo que el ruido de la música muy alta hasta altas horas de la madrugada se escapa. Los agentes habían ratificado que «el dueño del establecimiento ha incumplido aforo, como en el intento de evento que hubo en Año Nuevo, donde se vendían 120 entradas y el aforo está limitado a 97 como máximo».

La familia se siente completamente desamparada, y Antonio Reina señala al consistorio municipal por su silencio. «Es dejadez y pasividad administrativa por parte del ayuntamiento. Hay que partir de la base de que este tema de delitos medioambientales entra en la gestión municipal». Todavía no se han medido los decibelios tras casi un año de una denuncia de la Fiscalía de Medioambiente, pero el local sigue abierto. «¿Por qué no se precinta? Pues habrá que preguntar a los responsables políticos de Morón».

La última denuncia que interpuso el padre de esta familia tuvo lugar el pasado viernes. De momento, el caso sigue en marcha, y están estudiando implicar también a la Fiscalía de Menores por el daño que estaría sufriendo el pequeño.

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