Vocación de amargado

Hola, ya es viernes. Mañana a las 8 menos cuarto hay un concierto de Flores para Tristia que no os podéis perder Vamos a Montar un Circo en Calle Lisboa nº9. Allí nos vemos. Que importante es la vocación para no ser un amargado y fastidiarle el día a la gente. Sobre todo cuando trabajas en algo tan importante y delicado como la salud.

La falta de vocación y su impacto en la vida de los demás es un tema complicado. La vocación es algo que no todo el mundo es capaz de encontrar, conozco a muchísimas personas que no tienen claro, siendo ya adultos, qué es lo que les gusta hacer o qué les apasiona. Supongo que en esto muchas veces influyen las presiones sociales, las expectativas que puede tener nuestra familia sobre nosotros o algo tan triste como la falta de oportunidades educativas. Pero ¿qué es lo verdaderamente malo de carecer de vocación? Que vas a ser una persona insatisfecha, desmotivada, amargada… por lo que va a repercutir en los demás. Cuando tú no estás bien, los demás tampoco lo van a estar cuando estén a tu alrededor.

Y aquí viene lo que no entiendo. No entiendo que alguien que no tiene vocación de sanitario, se dedique a trabajar en un hospital con personas que están teniendo problemas de salud. No entiendo que yo ayer vaya a urgencias por un problema gordo y con la preocupación por las nubes y nadie me mira siquiera a la cara, que nadie me escuche y que nadie me informe de lo que me pasa. Que a mi alrededor solo vea caras largas, discutiendo entre ellos mismos y hablando de cosas que no tienen nada que ver conmigo.

Tampoco entiendo que alguien que no tenga la vocación de enseñar se dedique a ser profesor, haciendo que cientos de niños que pasan por sus manos durante toda su carrera profesional odien su asignatura y, quizás, no encuentren su propia vocación porque ese profesor no tenía la suya. En fin, que ayer lo pasé muy mal en el hospital, me trataron bastante regular y quería reflexionar sobre esto. Buscad vuestra vocación y si no la encontráis, mínimo no os dediquéis a algo que pueda repercutir directamente en la vida de los demás.

¡Ah! Y me sigo cagando en el precio del parking de urgencias del Hospital Universitario, vergonzoso e inhumano.

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Nos oímos la semana que viene.