"El problema de la procesionaria en Palencia es que se ha extendido de oeste a este por toda la provincia"

La localización esta semana de varios bolsones en pinos del Paseo del Salón de Palencia has desatado la preocupación por su presencia, cada vez más numerosa, en las zonas urbanas. Y es que como nos confirma José Mª Martínez Egea, jefe del servicio territorial de Medio Ambiente de la Junta, la presencia de este animal ya se ha dejado de considerar como una plaga pasando a ser lo que se denomina como un "factor de estación2. La imposibilidad de acometer tratamientos masivos aéreos, prohibidos salvo alguna excepción, ha conllevado a que su control en las zonas de montes sea muy difícil dependiendo sólo de sus enemigos naturales para su control. En ámbitos urbanos, como los aparecidos en Palencia, su control es mucho más sencillo, aunque el problema es mayor ya que afecta de manera directa a personas y animales. Sin embargo, ya se ha aplicado con bastante éxito la inoculación de vacunas que protege a los ejemplares durante unos años.

Y es que el control en las grandes masas de pinos es ahora mismo casi imposible, el acceso por zona terrestre muy complicado lo que hace que su presencia sea cada vez mayor. Sin embargo, recuerda Egea, que la procesionaria no mata al árbol, lo que hace es ralentizar y frenar su crecimiento durante ese año. de lo que sí alerta es del cambio que se ha detectado en la conducta de estos animales en los últimos años, antes cuando había un ataque fuerte, la oruga se enterraba en el suelo y no salía hasta que el árbol se recuperaba, sin embargo, lleva tiempo que se va desplazando para colonizar más espacios, así ha ocurrido en la provincia donde se ha extendido del oeste hacia el este. Y, al igual que ocurre con muchas especies de fauna y flora, las altas temperaturas que se están registrando este invierno hace prever que la eclosión de los bolsones se produzca antes de lo que suele ser normal en esta especie y puedan comenzar a ver ya en abril.