La decana de Filosofía y Letras de Valladolid denuncia amenazas tras permitir una charla anti fascista en sus instalaciones

Valladolid

La decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid tuve que pedir este martes ayuda a la Subdelegación del Gobierno ante las amenazas recibidas ante la organización de una charla en la facultad.

Un grupo de alumnos pidió un espacio para celebrar un debate sobre la importancia de no normalizar en fascismo en las aulas, petición que se hizo, según el escrito, "conforme a los cauces establecidos y plenamente legítimo". Fue en ese momento cuando comenzaron a llegar las presiones y amenazas anónimas a la decana para que prohibiera este evento.

Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que se trasladaron hasta esta facultad localizaron al menos a a una docena de personas que intentaron acceder a las instalaciones universitarias con el ánimo de impedir la charla, seis de ellas llegadas de Madrid: "No venían a debatir ni a dialogar, venían a impedir", señala Etura en el escrito.

Dunia Etura asegura que, desgraciadamente, no es algo puntual: "Estos grupos de corte fascista intentan entrar en la Universidad de una manera u otra; hemos encontrado carteles con el yugo y las flechas, intentando hacer recogida de alimentos bajo las siglas del Auxilio Social, que desapareció en 1978".

La Decana alerta sobre el aumento de estas actitudes y detecta preocupación, que no miedo, en la comunidad universitaria, por eso ha mandado una carta para llamar a la reflexión: "He pensado que sería interesante que reflexionáramos juntos sobre el tipo de problemas que enfrentamos, que no tienen tanto que ver con una cuestión ideológica sino con la libertad y la democracia frente al totalitarismo".

"Libertad u opresión"

En esta misiva dirigida a la comunidad universitaria, Etura sostiene que no se trata de un conflicto entre "izquierda, derecha o centro", sino más bien de "democracia o de totalitarismo, de libertad o de opresión".

"Por muy diferentes que seamos ideológicamente, en nuestra Facultad y en nuestra Universidad existe un mínimo común que no es negociable: el respeto a la dignidad y a la libertad de todas las personas. Ese es nuestro límite y, al mismo tiempo, nuestro punto de partida", continúa la carta.

El documento se cierra pidiendo al resto de la comunidad universitaria que defienda la autonomía y la libertad de la institución: "La libertad de pensar, de expresarnos y de vivir como cada cual decida, siempre desde el respeto a los demás. Nuestra sociedad y la universidad pública solo pueden existir así".