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El Rabilargo, la excepción Ibérica

Un ave de plumaje singular, de figura estilizada y elegante

Nuestra naturaleza: El Rabilargo, la excepción Ibérica

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Se caracteriza por su larga cola. Su plumaje es muy singular, con un capirote negro, la garganta blanca, el cuerpo leonado, las alas y la cola azul y el vientre rosáceo. Las patas son negras, al igual que el pico, mientras que los ojos son de color marrón oscuro. Figura estilizada y elegante.

Hasta hace pocos años el origen de los rabilargos ibéricos era un misterio. El grueso del área de distribución del rabilargo corresponde a Asia Oriental, desde Mongolia y Manchuria hasta Corea y Japón, donde vive la mayoría de sus subespecies, menos una, la subespecie ibérica cyanopica cyanus cooki, que vive justo al otro lado del mundo, en nuestra Península Ibérica.

Dos poblaciones separadas unos 9000 km. Los especialistas acabaron diseñando dos posibles hipótesis para tratar de explicar este misterio.

Una de las teorías más extendidas suponía que algunos ejemplares llegaron a la península ibérica en el s.xvi a través de los intercambios comerciales que los marineros portugueses mantenían con extremo oriente. Recientes descubrimientos de restos fósiles de rabilargo en Gibraltar datados en más de 40000 años, así como los análisis genéticos de ambas poblaciones realizados en 2002 descubriendo importantes diferencias genéticas entre ambas poblaciones, han refutado dicha teoría

Otra teoría es la de la separación de ambas poblaciones tras alguna de las últimas glaciaciones vividas en Eurasia. Las poblaciones intermedias de rabilargos entre la Península Ibérica y Asia Oriental quedarían afectadas por el avance de los sucesivos periodos glaciales, quedando los rabilargos ibéricos en un aislamiento suficiente como para evolucionar en una especie diferente.

Como se desprende de su nombre común, el rabilargo ibérico es endémico de la península ibérica. Se trata de aves generalmente sedentarias. Este rabilargo ibérico vive en el cuadrante Sudoccidental de la Península, en el área de dehesas y monte adehesado. Necesita un suelo lo suficientemente despejado de matorrales y amplio en espacio para poder localizar sus presas.

La alimentación del rabilargo ibérico, tal y como ocurre en la mayoría de córvidos, es omnívora, y se basa principalmente en pequeños invertebrados y sus larvas, complementada con bellotas y piñones, frutos rojos y bayas. Las hormigas son la presa más frecuente durante todo el año, excepto en primavera, cuando son reemplazadas por una amplia variedad de otras presas como saltamontes, moscas, escarabajos. También comen procesionarias del pino.

Es una especie muy gregaria que vive todo el año formando grupos más o menos numerosos que, en general, son muy sedentarios, ocupando un extenso territorio y no salen de él. Dentro de esta limitada área se mueven con cierta rutina siguiendo itinerarios fijos.

Son muy ruidosos. Emiten una diversa amalgama de chirridos, chasquidos y gritos que le sirven como complejo sistema de comunicación entre los individuos de su misma especie.

Los rabilargos son una especie enormemente sociable. Si un rabilargo descubre una fuente de alimento suficiente, avisará a sus congéneres que muy pronto acudirán a compartir el botín. Crían en territorios grupales en los cuales concentran sus nidos en un entorno determinado.

Durante los meses de abril y mayo los rabilargos ibéricos comienzan su periodo reproductivo. Los rabilargos son aves monógamas, cuyas parejas duran años. Suelen anidar en árboles. El tamaño medio de la puesta es de 6 huevos, que se incuban durante alrededor de un par de semanas por las hembras. Tras la eclosión de los huevos, los polluelos son alimentados por las hembras con ayuda de los machos durante unos diez días. Después de este periodo, los polluelos comienzan a asomarse del nido y vuelan transcurridas unas tres semanas desde el nacimiento. Sólo el 30% de las puestas tienen éxito.

La cría cooperativa es un comportamiento, aparentemente altruista gracias a la cual los padres reciben ayuda de otros miembros de la colonia para alimentar y cuidar a sus crías. La ayuda podría atribuirse a los beneficios que proporciona la vida en grupo, incluyendo una reciprocidad a largo plazo, y al afán de los machos jóvenes que no se reproducen en ese año de demostrar que pueden ser buenos padres, También podría estar relacionada con el sesgo que se observa en la proporción de sexos, ya que hay menos hembras que machos, por lo que algunos machos no pueden reproducirse.

Los ayudantes, casi todos machos, participan en las tareas más diversas: defensa del nido, alimentación de los pollos -aportan casi una cuarta parte de las cebas que reciben- así como retirada de sacos fecales, etc. A pesar de la ayuda en la cría, en algunas colonias la tasa de depredación es muy elevada, por lo que llegan a perderse hasta el 80% de las nidadas, aunque siempre es menor en las que tienen ayudantes.

 
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