"Como en un infierno, sólo había humo, las ancianas subían por la escalera a gatas intentando escapar"

El fuego se originó en la quinta planta de un bloque de siete pisos. El humo ascendió rápidamente por las escaleras. Sebastián Haro se despertó sobre las 3 de la madrugada con los golpes en la pared que daban sus vecinas pidiendo auxilio. Entre él y su mujer, lograron subirlas a la azotea para ponerlas a salvo.

El incendio se desató en la vivienda del quinto piso. Allí vivía un anciano octogenario llamado Manuel, que falleció a consecuencia de las llamas. La policía baraja que el fuego pudo originarse en el colchón del dormitorio de la víctima. Aunque Sebastián asegura que "no era la primera vez".

Sebastián Haro vive en la última planta del bloque, en el séptimo piso. Sobre las 3 de la madrugada, se despertó alertado por los golpes que daban en la pared sus vecinas pidiendo auxilio. Son dos ancianas, también octogenarias, que viven solas, y que se encontraron atrapadas en mitad de la columna de humo que subía desde la vivienda de Manuel.

"Bajé y saqué a las dos ancianas como pude, bueno, entre mi mujer y yo. Ellas subían a gatas por la escalera. Tiraba de ellas para que no pesaran tanto. Lo triste es que estas mujeres tengan que vivir así", cuenta Sebastián, consternado. Sebastián logró llevarlas hasta la azotea.

"En un caso así no sabes lo que está pasando, lo único que quieres es aire, respirar", cuenta. Luego, con la ayuda de un bombero, se encargó de bajarlas a su casa, cuando las llamas fueron sofocadas.

La única víctima mortal del siniestro, un anciano de 83 años, vivía solo: viudo, sin hijos, recibía únicamente las visitas de sus sobrinos.