Busca y captura para el condenado por el crimen del Bar Tío Tom

Sevilla

Orden de busca y captura internacional para Dominique, el francés que hace 12 años mató a un camarero en su casa de la calle Vib Arragel, en la Barqueta, y que está en paradero desconocido. Tenía que haberse presentado en sede judicial el jueves, pero no lo hizo. El miércoles el Tribunal ha firmado la sentencia que lo condena por ese crimen a 21 años y medio de prisión.

Dominique mató hace 12 años a Francisco. La policía tardó diez en detenerlo y lo hizo cuando fue apresado en Francia por un robo y su ADN coincidió con el de una colilla que había en la casa de la víctima. Fue extraditado a España cuando terminó de cumplir condena en el país vecino. Aquí estuvo en prisión dos años pero fue puesto en libertad a pesar de que el fiscal pidió que continuara en la cárcel. La sección Tercera lo dejó libre por error. Tenía la obligación de presentarse los lunes y los jueves en la Audiencia de Sevilla. El jueves faltó y los jueces dictaron un auto acordando su ingreso en prisión y librando órden de busca y captura.

Dominique mató a Fracisco porque se negó a la droga y el dinero que guardaba en una caja fuerte de su vivienda. Lo mataron dándole golpes y luego colocándole una bolsa en la cabeza.

Según la sentencia, el procesado arrastró a la víctima hasta la planta superior de la vivienda, en concreto a la habitación donde se encontraba la caja fuerte, y comenzó a golpearlo reiterada y brutalmente, mientras le exigía, en vano, que le facilitase la llave o la combinación que abría esa caja; no importándole que la violencia de los golpes, dirigidos primordialmente a la cabeza de la víctima, pero que incluyeron también patadas y amagos de estrangulamiento, pudiera acabar con su vida.

El ruido de los golpes y los gritos y lamentos de Francisco alarmaron a la vecina de una casa colindante, que a las 22:45 horas dio aviso telefónico a la Policía Local, dos de cuyos agentes se personaron en la vivienda del Sr. Carrasco pocos minutos después, sin que les fuera franqueada la entrada ni ellos apreciaran nada sospechoso desde el exterior.

Esta incidencia bastó, sin embargo, para atemorizar al procesado, que abandonó precipitadamente la vivienda sin conseguir su propósito de apoderarse del contenido de la caja fuerte y dejando a su suerte, atado, malherido e inconsciente, al Sr. Carrasco, quien fallecería pocos minutos después a consecuencia de la hemorragia subaracnoidea causada por los golpes en la cabeza, siendo descubierto su cadáver sobre las dos de la madrugada. En la caja fuerte había casi cuatro kilos de cocaína y dinero en efectivo.