Fabra y Rus no coinciden

Valencia

 La línea roja es para todos y está para cumplirse. Alberto Fabra acepta las disculpas de Alfonso Grau (en Radio Nacional) pero considera que ayer "le pudieron los nervios" y rozó la falta de respeto. No avanza acontecimientos. Diferencia su situación de la de Sonia Castedo “porque Grau está a punto de sentarse en el banquillo”, afirma que ya se lo ha hecho saber a Rita Barberá y se reserva su decisión para cuando esté el auto de procesamiento dejando claro que compatibilizar “banquillo y cargo público es imposible”.

Alfonso Rus, por su parte, compara la situación del vicealcalde con la del gerente del Hospital General, Sergio Blasco, investigado por pertenecer a una presunta trama de empresas que construyó dos hospitales privados en el extranjero. Ambos, Grau y Blasco, son miembros de la ejecutiva provincial. Según Rus “ambos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario”.

Rus, que preside el partido en la provincia, recuerda que Blasco ya era gerente del hospital cuando se hizo cargo de la Diputación. En cualquier caso, desvela que ha hablado con él y que le han parecido razonables las explicaciones que le ha dado, y espera que pueda también convencer al juez. Y sobre Alfonso Grau, asegura que todo el peso de la ley debería caer sobre el estafador, sobre Urdangarín, y no sobre el estafado, sobre Grau. Rus cree que "la línea roja es muy fácil de marcar cuando no se está señalado".

<strong>                                                    CON LA TELE TAMPOCO</strong>

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Tampoco coinciden ambos presidentes del PP, uno del partido en la Comunitat Valenciana el otro en la provincia de Valencia, sobre la propuesta de la Diputación de poner en marcha una televisión pública de gestión privada y ámbito provincial. Para Alberto Fabra la Diputación es libre de hacer lo que quiera y no valora pero a renglón seguido apuesta abiertamente por su fórmula: una desconexión de dos horas en Radiotelevisión Española aunque reconoce que el cambio de director no ha favorecido precisamente a una negociación que califica de difícil pero no cerrada.

Pero en declaraciones a Radio Valencia Alfonso Rus asegura que la televisión que propone "es necesaria para fomentar el valenciano y para difundir lo que pasa en todos los pueblos de la provincia". Según Rus su único objetivo es llenar el espacio que ha dejado vacío el cierre de Canal 9.

El presidente de la Diputación explica que la institución asume esa competencia como ha hecho en otras áreas, como la limpieza de barrancos que ha dejado de hacer la Confederación Hidrográfica del Júcar, o los viajes sociales que ha dejado de pagar el IMSERSO. Garantiza que la televisión será en todo momento pública y sostenible, que en ella trabajarán 30 personas y que solo funcionará un año, que se cerrará si vuelve a abrir Canal 9. Al presidente no le importa que bauticen la televisión como Tele Rus. Asegura que no le hace falta una televisión para ser conocido, porque se le conoce, afirma, de sobra. Y asegura que la gente le pide en la calle una televisión en valenciano.

Por cierto, Fabra y Rus presiden mañana por la tarde la Junta Directiva Provincial del PP en la provincia.

<strong>LA OPOSICIÓN</strong>

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No entra de momento en este desencuentro aunque sí se pregunta quién manda en el PP valenciano y valora de forma muy negativa lo que tachan de ocurrencia electoralista de Rus. El portavoz socialista en la Corporación Provincial, Jose Manuel Orengo, cree que Rus corre riesgo político porque la ciudadanía ya no acepta bromas ni ocurrencias como estas ni que se gaste el dinero público para hacer, dice, un esperpento. Orengo lamenta la falta de transparencia. Asegura que el proyecto nace ya bajo sospecha.

Mientras, la diputada provincial de Esquerra Unda Rosa Pérez Garijo considera llamativo que Alberto Fabra cierre Canal 9 y que ahora Alfonso Rus decida de forma unilateral abrir otra televisión pública. Pérez Garijo se pregunta quien manda en el PP valenciano y califica de vergonzoso el nuevo proyecto de la Diputación.