Darya habla: "Ya es hora de que me escuchen: quiero volver"

Santa Cruz de Tenerife

Consciente de la dimensión que ha tomado su caso en Canarias, y en España, después de que la Cadena SER lo diera a conocer, Darya Embarek ha vuelto a hablar en los mismos micrófonos para desmentir tajantemente afirmaciones como las de Alberto Negrín, representante de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui, que afirmó en la SER que Darya no se pueda comunicar con su madre por diferencias idiomáticas. "Eso es una mentira como una casa", dice. "Me comunico con mi madre e incluso el fin de semana fui con mi hermana a su casa" (ahora no vive con ellos porque está ayudando a su hermana, que vive a unos 70 kilómetros).

La familia de Darya no le ha hablado de las negociaciones que afirma el delegado del Frente Polisario en Canarias, Hamdi Mansour, ha mantenido con sus padres. Tampoco se ha puesto en contacto con ella. Y le gustaría "mantener una charla con él". Piensa que tiene "derecho a decidir", y que nunca le han preguntado qué quiere hacer ella. "Yo quiero volver. ¿Por qué no me lo preguntan?", expone la joven, que se entera por su familia de acogida de la repercusión que tiene su caso ya en España.

La joven no sabe si volverá a Canarias, aunque espera que sí. Se emociona y llora cuando habla de sus familias, la biológica y la de acogida. Y más aún cuando habla de Tenerife, a la que considera su "mundo". Asegura que echa de menos su valle, donde ella vive (en María Jiménez, en Santa Cruz de Tenerife).

En cualquier caso le parece "muy interesante" que se esté discutiendo los derechos conculcados a una ciudadana de 25 años, que quiere salir libremente de Tindouf. Y al menos espera que su caso "algo cambie, porque si no vamos a estar toda la vida así", afirma refiriéndose a las costumbres islmámicas practicadas en la cultura saharaui, en los que la mujer deja de estar bajo la custodia de sus padres sólo cuando se casa (independientemente de su edad).