Cincuenta años esperando una casa

En el año 1963, de manera temporal, realojaban a 1.100 familias a un solar de Hortaleza, conocido como la UVA. Por aquel entonces el gobierno franquista planteaba que estas casas prefabricadas iban a servir como inmuebles temporales para gente a la que había expropiado de sus hogares por diferentes motivos. "Vino gente que estaba viviendo en chabolas. También llegaron aquí al ser expropiados porque se iba a construir la M30 o un gran hipermercado", cuenta Pilar, portavoz de la Asociación de vecinos.

Esos siete años pasaron y se han convertido en 51. La mitad de las familias sí que han sido realojadas a edificios construidos alrededor, pero todavía quedan señoras que llegaron a este solar por el que solo pasaba una carretera y que han visto en esa misma casa cómo el barrio ha evolucionado. Han cambiado a las ovejas y la vendimia por colegios, supermercados y hasta una parada de metro.

Las casas de la UVA son bajas, no superan las dos alturas, pequeñas, 50 metros cuadrados; construidas con materiales prefabricados y con conexiones eléctricas muy antiguas: "El problema es que la gente es muy mayor. No están viviendo en condiciones decentes en esta casas, porque no hay calefacción de gas. Si enchufas un radiador y algo más, te salta todo. Las conexiones no se han cambiado desde que se instalaron".

Los vecinos que llegaron en 1963 continúan pagando el precio de alquiler de entonces, menos de dos euros. "Una barbaridad para la época", advierten, pero a cambio de esa cuota el IVIMA, la adminsitración encargada ahora de gestionar estas viviendas, no les da ningún servicio. Protestan por la dejadez del IVIMA. Plagas de ratas, cañerías que no funcionan, escasa iluminación.... son algunas de las denuncias que hacen los vecinos. Ellos ven que conforme algunos inmuebles se van derribando los escombros de esos tabiques se quedan en esas parcelas y no aparece nadie para recogerlos.

Ampliar

Además de vecinos a la espera de ser realojados, hay inquilinos que llevan toda la vida habitando en esas casas y ven cómo ahora se cambian las "reglas de juego" y no pueden heredar esas viviendas. Este es el caso de Lola, aquí llegaron sus abuelos expropiados por la construcción de la M30, aquí vivió con sus padres y ahora el IVIMA no acepta una tercera subrogación: "El 8 de marzo de 1972 le hicieron la subrogación a mi padre, cuando falleció mi abuelo. Cuando él murió se la pasaron a mi madre, sin problemas, y por esas dos me la deniegan a mi".

Lola ha pasado a ser una okupa en su casa, tiene aviso de desahucio y no entiende que la administración no le permita adquirir la vivienda que hace 50 años le prometieron a su abuelo.