Fútbol | Deportes
OPINIÓN DE CARLOS MARTÍNEZ

Un equipo grande no puede jugar nunca como uno pequeño

El planteamiento de Nuno en Cornellà fue como si aún estuviera en el Rio Ave. Y, señor Espirito Santo, ¡esto es el Valencia!. Apréndaselo, que le acaban de regalar tres años más de contrato.

GRA280. CORNELLÁ. 13/01/2015.- El entrenador del Valencia, el portugués Nuno Espírito Santo, durante el partido ante el RCD Espanyol de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey que se disputa esta noche en el estadio Power 8, en Cornellá-El Prat. EFE/Alejandro García / Alejandro García (EFE)

GRA280. CORNELLÁ. 13/01/2015.- El entrenador del Valencia, el portugués Nuno Espírito Santo, durante el partido ante el RCD Espanyol de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey que se disputa esta noche en el estadio Power 8, en Cornellá-El Prat. EFE/Alejandro García

Valencia

Sergio González, el entrenador del Espanyol, lo definió a la perfección al terminar el partido: "Ellos han decidido guardar el resultado de la ida y nos han dejado demasiado campo, nos han dejado que estuviéramos todo el rato generando ocasiones de gol. Nos han dejado que estuviéramos siempre muy cerca del área, con muchos centros, mucho tiempo en su campo. Han decidido conservar lo que tenían en vez de ir a matarlo". 

Tal cual. Eso es exactamente lo que ocurrió desde que el Valencia se quedó con diez por la expulsión de Mustafi. Nuno se teletransportó entonces a Vila do Conde, localidad en la que reside el modesto Rio Ave, al que entrenó dos temporadas antes de recalar en el Valencia. Y planteó el partido con diez como si el Valencia fuera igual de modesto. Como si fuera un equipo pequeño... pequeñísimo.

Del 5-3-2 inicial pasó a un 4-4-1. Hasta aquí todo lógico. Has perdido un central y reconviertes a los carrileros a laterales para jugar con defensa de cuatro. Colocas otra línea de cuatro por delante y un delantero arriba. Pero el problema clave estuvo en dónde situó esas dos líneas de cuatro. Exageradamente atrás. El Valencia le regaló casi todo el campo al Espanyol y, con ello, le terminó regalando el partido y la eliminatoria.

Hubo una jugada muy sintomática del planteamiento pobre y rácano del entrenador. Fue en la segunda parte. Todos defendiendo dentro del área, el balón le cae a Negredo y éste lo que hace es pegar un patadón sin sentido a la nada. Simplemente se quita la pelota de encima, cuando no tenía ninguna oposición, para echarla fuera del campo. No había intención de jugar al fútbol, sólo de defender, pero de defender muy atrás... demasiado atrás. 

Que un equipo se quede con diez no debe ser sinónimo de renunciar a nada. No por lo menos si eres un equipo grande. Sólo si eres un equipo pequeño, sólo si eres el Rio Ave y te enfrentas al Oporto o al Benfica, pero nunca si eres el Valencia y te enfrentas, con todos mis respetos, al Espanyol. Que un equipo se quede con diez va a ser normalmente sinónimo de sufrir más que con once para sacar un partido adelante, pero nada más. 

Anda que no hay ejemplos en los que el Valencia ha sabido sobreponerse a una expulsión y ha dado la cara hasta el final. Incluso ejemplos en los que una expulsión ha supuesto un acicate extra para dar aún más de lo mínimamente exigible. Recuerdo a bote pronto aquel partido, precisamente ante el Espanyol en Mestalla en la primera de las dos ligas de la historia reciente. El rival se adelantó y, para más inri, Carboni fue expulsado. Pero había que ganar sí o sí con diez. Era una final. Y lo de ayer debía haberlo sido también y, de hecho, así lo quiso vestir el entrenador en la previa, pero nada más lejos de la realidad. En aquella ocasión con Benítez, el Valencia lo puso todo sobre el campo para remontar y remontó.

Pero es que además, esta misma temporada, ha habido algún ejemplo de lo que debió hacer el Valencia y no hizo. Primera jornada de liga en Sevilla. Marcador en contra, expulsión de De Paul, pero con uno menos el equipo sacó la casta necesaria para empatarlo. Es verdad que la diferencia es que en estos ejemplos el resultado era adverso y no había más narices que ir arriba, y ayer el equipo se queda con diez con un resultado favorable en la eliminatoria, pero eso no puede suponer hacerle tantas concesiones a tu rival.

Que un entrenador de un equipo grande plantee un partido como si tuviera entre manos un equipo pequeño, significa que el pequeño es el entrenador, no el equipo. Y este entrenador, que todavía no ha demostrado ni de lejos ser un grande, acaba de ser renovado por tres temporadas más para seguir dirigiendo a un equipo que, de momento, le viene muy grande. 

Carlos Martínez Reyero

Carlos Martínez Reyero

Redactor de Deportes en Radio Valencia y director de "Off the Record"

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00