El incierto futuro de Venezuela

Las Palmas de Gran Canaria

Venezuela se enfrenta a una auténtica tormenta perfecta, como algunos denominan a su precaria e incierta situación económica, política y social. El país con la mayor reserva de petróleo del mundo está siendo duramente castigado precisamente por la caída del precio del crudo pero también por la carestía y escasez de productos de primera necesidad a lo que se suma un galopante incremento de la inseguridad ciudadana. Luis Daniel Montiel, arquitecto de 63 años que reside en Caracas, se define como socialista y cree que el Gobierno y la industria han usado los productos básicos como arma política para defender sus intereses.

Luis Daniel considera que el chavismo en sus orígenes tenía su razón de ser pero que se ha equivocado el régimen en gestionar la crisis. Mucho más duro es el actor, productor y monologuista venezolano, Alfonso Medina hijo de emigrantes grancanarios, quien decidió, hace ocho meses, marcharse del país para fijar su residencia en Miami. Asegura que no quiere exponer a su hija de siete años y a sus padres al peligro que supone hacer una vida normal en Caracas, una ciudad donde la inseguridad ciudadana ha aumentado en los últimos años.

Medina evitó someterse a la largas colas de hasta cuatro horas para conseguir papel higiénico, aceite, leche o harina de máiz, sustituyéndolos por otros similares.

Pilar Amaya, también hija de emigrantes canarios asegura que la situación es más complicada fuera de las grandes ciudades como Caracas donde reside. Con todo afirma que los precios se han disparado. Lo cierto es que nadie se atreve a predecir lo que puede ocurrir en Venezuela pero la tensión crece al mismo ritmo que aumentan las colas ante los supermercados.