Los de Rubi, muy inferiores al Betis
Rubén Castro firmó tres de los cuatro goles de su equipo. El Valladolid no tiró a puerta en la segunda parte y Chica fue expulsado en el 70'


Valladolid
El Betis fue el único que respondió a las expectativas creadas antes del inicio del partido. El equipo de Pepe Mel, se gustó, fue mejor en las disputas y tuvo clarividencia en ataque. Con el paso de los minutos, se puede decir que el Betis barrió a su rival del campo, firmando un gran partido que fue reconocido por su público. Tres goles de Rubén Castro y uno de Molina sellaron el dominio abrumador del centro del campo sevillano durante todo el partido.
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El Valladolid volvió a dar su peor imagen, corrió detrás del balón, no tuvo precisión ni presencia y perdió todas las disputas ante un rival enrabietado para el que no tuvo respuesta. El 1-0 que reflejaba el marcador al descanso, gol de Molina en el 36' tras una jugada de Rubén Castro, ya dejaba claro de quién era el partido. El Betis se volcó por el centro y los centrales, especialmente Rueda, sufrieron mucho. El marcador de esa primera mitad podría haber sido más amplio, solo lo evitó el buen trabajo de Valiente.
En la segunda el Valladolid se diluyó, a pesar del cambio de sistema del técnico, que dio salida a Omar por un desdibujado Álvaro Rubio, dejando solo dos mediocentros sobre el campo. Pero esto sucedía después de que Hernán fallara la ocasión más clara para el Valladolid en un contragolpe y de que Rubén Castro acertara con el segundo en el minuto 7. La expulsión de Chica por doble amarilla en el 70' acabó de sentenciar al equipo de Rubi, que no levantó cabeza. Rubén Castro, primero convirtiendo un riguroso penalti de Leao a Dani y después tras cazar un balón mal despejado por Peña, cerró un marcador que incluso pudo ser más amplio.
El Valladolid volvió en Sevilla a visitar la parte más baja de su particular montaña rusa.