Enésimo colapso de las urgencias del Clínico con pacientes en los pasillos

Málaga

El Sindicato de Enfermería SATSE en el Hospital Clínico de Málaga denuncia nuevamente la situación de desbordamiento asistencial que padece el Centro.

El “escenario” de las Urgencias el pasado martes por la tarde "era lamentable" según SATSE. El Área de Policlínica "saturada, llena de camillas, personal sanitario abriéndose paso para poder acceder a los pacientes, los pasillos de las consultas también ocupados con camillas y usuarios en espera de ser atendidos,... y lo más desolador, una treintena de pacientes ingresados en el Hospital que esperaban en el servicio de Urgencias, de los cuales sólo 8 tenían cama asignadas" algunos de los cuales llevaban más de 48 horas pendientes de ingreso en unas dependencias que no cuentan con el mínimo confort, calidez e intimidad, acomodados en camillas en lugar de camas e incluso sentados en sillones durante días.

La dirección del Hospital es "responsable de esta situación" añade el sindicato. El Plan de Alta Frecuentación en Urgencias no se activó y las 18 camas habilitadas a disposición de la Dirección Médica para estas ocasiones, en la Unidad 4A2 de Traumatología, permanecieron cerradas.

"Lo más increíble es que con este desbordamiento de demanda asistencial", la Dirección ha planificado para este fin de semana (el primero de la Semana Santa), iniciar el cierre de otras 18 camas de la Unidad 4A2 de Traumatología y 34 camas de la Unidad 6A2 de Cirugía y mantenerlas cerradas durante toda la semana, de esta forma serían 70 las camas que se inhabilitarían durante los próximos días.

Este incremento de la demanda asistencial, genera una "situación de descontrol en las tareas a desempeñar" por los profesionales, poniendo en riesgo la salud y seguridad de los usuarios y profesionales del Centro, al no tener habilitadas todas las camas existentes.

Esta situación, se hace sostenible, gracias al esfuerzo de los profesionales, que no cesan en prestar su atención a todos y cada uno de los pacientes, con todo su esmero profesional y, cómo no, con unas grandes dotes de humanidad, en un entorno que se convierte hostil.