El Gómez Ulla manipuló el consentimiento de un paciente al que dejó en coma

En 2011, el paciente de 68 años entra por su propio pie en el Hospital Militar Gómez Ulla para operarse de un quiste que le había salido entre el cuello y la mandíbula. Una cirugía poco complicada a simple vista pero que termina con el paciente en coma. La familia denuncia lo ocurrido ante el Ministerio de Defensa, que investiga el asunto y llega a la conclusión de que todos los actos médicos fueron correctos, aunque no es capaz de explicar por qué el hombre que entró en el quirófano en buen estado de salud y salió en estado vegetativo. El abogado del Defensor del Paciente, Álvaro Sardinero, denuncia entonces en la Audiencia Nacional. La sentencia es firme.

El fallo "llega a la conclusión de que hubo un cúmulo de despropósitos", asegura Álvaro Sardinero. "Hubo una falta de cumplimentación de la historia clínica. No se detalla qué ocurrió, en qué momento surgió la complicación o si esa complicación fue quirúrgica o anestésica. Nada de eso está rellenado. Nada se explica". El abogado del Defensor del Paciente destaca que la sentencia recoge también que "una vez que surgió la bradicardia, le pusieron un marcapasos que estaba en mal estado, que no funcionó correctamente."

Sardinero considera que lo más grave es que la sentencia "considera probado que los consentimientos que en teoría tendría que haber firmado el paciente, tanto para la operación como para la anestesia, estaban manipulados". Para Sardinero "es terrible por lo burdo y lo grosero que supone manipular un documento como el consentimiento informado de un paciente". Una manipulación que, según denuncia el abogado del Defensor del Paciente, "ha sido tan torpe que es visible a los ojos de cualquiera sin necesidad de ser especialista en la materia."