La lógica, y punto

San Sebastián

Ya está. El paso por el dentista ya pasó. Ahora vuelta a la vida real, a la pelea diaría por la salvación, por esa ansiada salvación en Primera que es como otro ascenso para un club como el Eibar. El trámite del Santiago Bernabéu ya es historia, se ha pasado lo mejor posible, ha terminado con la esperada goleada (3-0) y los más de 1.500 seguidores armeros que se desplazaron hasta Madrid disfrutaron de una jornada inolvidable, a pesar de ver perder a su Eibar, que nunca gusta, por mucho que enfrente esté todo un Real Madrid. ¿Resumen del partido? Se impuso la lógica, y punto.

No tuvo mucho más el partido. Desde que Cristiano Ronaldo, con la ayuda sin querer de Xabier Iruretagoyena, marcara a los 20 minutos de partido el 1-0 de falta, todo el mundo parecía dar por hecho que el Eibar iba a perder en su primera visita en Primera en el Santiago Bernabéu. Faltaba sólo por dilucidar el marcador de la derrota, la cantidad de la goleada. Al final fueron tres, y aunque el Madrid fue el dominador claro del encuentro, tampoco tuvo muchas más ocasiones claras como haberse llevado una goleada mayor. Así que se puede decir que la derrota lógica del Eibar también fue bastante digna. No fue el 9-1 del Granada, algo que quería evitar a toda costa Garitano, a pesar de que después restara valor a que el Madrid le marcara 'sólo' tres goles en Chamartín. Es entendible su postura. No gusta perder 3-0 nunca, tampoco en el Bernabéu. Pero es que realmente el Eibar apenas dispuso de opciones como para haber plantado cara al Real Madrid, ni siguiera para darle un pequeño sustito.

El Real madrid jugó demasiado cómodo, y el Eibar hizo mucho para tratar de sostener su tremenda calidad, por mucho que jugará con algunos de los suplentes habituales. Pelea, garra, compromiso... no se le puede negar a los jugadores armeros, pero es cierto que faltó competir mejor, que es de lo que se quejó tras el encuentro Garitano. De haber mantenido la portería a cero más tiempo, el equipo hubiese crecido, pero los dos goles en 10 minutos, de Cristiano y Chicharito, echaron por tierra cualquier atisbo de atrevimiento en los jugadores eibarreses.

Faltó apretar un poco más, pero sobre todo tener un poco más la pelota, porque el plan no era sólo defender. Con una alineación sin delantero centro al uso, de nuevo con el falso nueve que tan buen resultado le había dado el martes, lo primero era estar muy junto y ser solidarios en defensa, pero también tener alguna llegada aislada sobre la portería de Keylor Navas. Y eso no llegó hasta la segunda parte con un cabezazo de Raúl Navas, que puso en algún aprieto al portero costerricenses, que tuvo una tarde bastante plácida.

El tercer gol de Jesé era simplemente para la galería, porque no modificaba el escenario y el contexto del partido. Falló Boateng y Jesé lo aprovechó para reivindicarse. Y el Eibar, a desear que terminase el choque, aplaudir desde el césped a los más de 1.500 aficionados que llenaron de color azulgrana las gradas del Bernabéu, y volverse para Eibar a pesar en que su historia en Primera pasa por disfrutar en un campo de esa magnitud y por sufrir hasta la extenuación contra el Celta en Ipurua para amarrar su permanencia en la élite del fútbol nacional.