Sr Lim, haga ya lo de Gayà

Valencia

Según está ahora mismo el asunto, con las negociaciones atrancadas y de momento paralizadas, la situación es tremendamente peligrosa para el Valencia, porque a día de hoy José Luis Gayà puede abandonar el club pagando 18 millones de euros, un caramelo para cualquiera de los grandes equipos de Europa. Y es que conviene comentar que por mucho que el Valencia se ponga intransigente y exija hasta el último céntimo de su cláusula de rescisión, va a ingresar como mucho esa cantidad. Si exige también la parte correspondiente al IRPF, ese dinero extra sería siempre para Hacienda, caso que lo reclamase (de momento Hacienda, por ejemplo, no le ha reclamado nada a Javi Martínez cuando pagó a las bravas su cláusula de rescisión ante la postura intransigente del Athletic), pero nunca sería un ingreso para el Valencia.

Por eso considero que Peter Lim tiene que coger el toro por los cuernos y llegar a un acuerdo en la renovación del jugador español con mayor proyección de la presente temporada. Y si el atranque es en la futura cláusula de rescisión que tendría su nuevo contrato, el Valencia tendría que entender que siempre será mejor una hipotética futura marcha del futbolista por alrededor de 35 millones de euros que por los 18 que vale ahora mismo, habida cuenta que la propuesta de cláusula de 50 millones realizada por el club ha sido rechazada por los agentes del jugador. Más vale que se vaya en un futuro por 35 y seguir disfrutándolo aquí, o incluso que se vaya por 35 este mismo verano, a que lo haga por 18.

Y es que, aunque le duela a la gente, la sartén por el mango en este asunto la tiene Gayà. En mi opinión es así por la lentitud de los dirigentes valencianistas en acometer esta negociación. Pienso que cuando se vende a Bernat el pasado verano porque se considera que el recambio lo tienes en casa con Gayà, es porque ya sabes lo que viene demostrando el futbolista en las categorías inferiores y lo que crees que puede dar en el salto a la élite. Sólo faltaba por comprobar si eso era así, si en Primera División Gayà iba a confirmar lo que se pensaba. Y con cinco o seis partidos quedó claro que no se equivocaban. Pero cuando sí se equivocaron es cuando en ese momento no dieron el paso adelante para renovarle. A medida que iban pasando las jornadas y su rendimiento seguía siendo sobresaliente, el no mover un dedo suponía que cada vez su escaparate se hacía más atractivo y estabas dándole un tiempo de oro a los clubes más poderosos para que descubrieran las virtudes de un chaval al que antes sólo conocías tú.

Así que esta lentitud de movimiento ha derivado en un marrón difícil de solucionar. En verano llegará otro seguro con Otamendi porque, según las informaciones que les venimos contando en la Cadena SER, el argentino tiene la intención de marcharse cuando termine la temporada, pero en este caso la situación es muy diferente. Aquí para mí el mango de la sartén sí que lo tiene bien cogido el Valencia. Es una simple cuestión de precio. Otamendi vale 50 millones. El Valencia no tiene nada más que hacer que exigirlos y, llegado el caso, yo considero que por esa cantidad sería una gran venta, porque pese a su buenísimo rendimiento, obtener en un año una plusvalía por él de 35 millones (costó 12 más 3 en variables) sería una gran gestión. Pero con Gayà no. Dejar escapar a un jugador como él por 18 millones sería todo lo contrario, una nefasta gestión del asunto.