Hasta el gorro de los 'gorrillas'

Santa Cruz de Tenerife

En batería debajo de Almeida, o por fuera del Cabildo de Tenerife; en los terrenos anexos al Auditorio Adán Martín o en el hospital de la Candelaria, y las calles adyacentes... Basta con equiparse con un chaleco reflectante y una gorra, y en muchos casos ni eso, y ya tenemos un 'gorrilla' dispuesto a extender la mano para pedirnos una propina por, en teoría, 'echar un ojo' al coche. Es lo que le pasó a Cristina la semana pasada. Aparcó su coche en el estacionamiento del Parque Marítimo César Manrique, y sin percatarse de su existencia, por lo que no le dio nada, entró. Al salir, el propio aparcacoches, le aseguró que el rayón, que ni ella había visto, no lo había hecho él.

Cristina se muestra indignada, pues, a pesar de la marca que, "parecía hecha con un destornillador", el aparcacoches le pidió una propina. "Yo le respondí que, encima de lo que me había hecho, cómo le iba a dar propina", expuso Cristina que también denuncia que "pasaron dos policías" y al exponerle el problema "no hicieron nada". La razón, según expone la Policía Local, es que "no existe normativa al respecto en la capital", por lo que la única solución es "ir a denunciar a comisaría una coacción o amenaza por parte del 'gorrilla' en cuestión".

En el municipio tinerfeño del Puerto de la Cruz sí existe una ordenanza de convivencia ciudadana sí prevé sancionar por ofrecimiento del servicio de aparcacoches.