Barberá rehúye el debate

Valencia

Ha sido éste, un debate cojo. No ha estado la candidata del PP a la alcaldía de Valencia: Rita Barberá. Por tanto, no ha podido rebatir las muchas críticas que ha recibido su gobierno. 

Las primeras críticas le han llegado, precisamente, por su ausencia. Se le ha acusado de tener miedo al diálogo, de menospreciar a la oposición como ha venido demostrando desde hace años no participando apenas en los plenos municipales y de no saber dialogar. En definitiva la acusan de no tener sentido democrático. 

Del debate puramente dicho una constante: frente a un ayuntamiento que ha endeudado la ciudad y la ha convertido en emblema de corrupción mientras se ha mostrado incapaz de combatir el desempleo, lastre enorme de esta ciudad, y de mostrar sus atractivos culturales y turísticos, la oposición, abierta totalmente al diálogo menos con el PP propone: Amadeu Sanchis de Esquerra Unida la remunicipalización de los servicios para evitar más corrupción. Asegura que el germen de la corrupción en el ayuntamiento está precisamente en esa privatización.

Sanchis está muy satisfecho de que su formación haya sido capaz de parar el plan general de ordenación urbana y la reforma del Cabanyal. Sobre el Plan General también ha hablado el socialista Joan Calabuig. Propone planes contra la pobreza, un plan público-privado de rehabilitación de 200 millones para crear puestos de trabajo, proteger la huerta y recuerda que Valencia es, de las grandes ciudades, la que menos invierte.

Desde Compromís, Joan Ribó, también afirma que estamos perdiendo muchas ayudas europeas por la ausencia de un plan de rehabilitación y ofrece sobre todo diálogo y gestión, más que qué hacer, le importa cómo hacerlo: creando el marco idóneo para que sean los propios ciudadanos quienes marquen políticas y prioridades.

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Ribó destaca que el ayuntamiento ha reaccionado ante la crisis con caridad y limosna y destaca la suciedad de la ciudad. Desde Valencia en comú, marca blanca de Podemos, Jordi Peris apuesta por la educación pública como herramienta fundamental. Sin educación no hay progreso. Propone recuperar la esencia propia de cada barrio, apostando por la peatonalización de zonas como la plaza del Ayuntamiento y por convertir Valencia en la ciudad de las bicicletas. Peris afirma que Valencia necesita recuperar prestigio y autoestima.

Peris ha anunciado una auditoría ciudadana: abrir los cajones y saber de verdad cómo se ha gastado el dinero. Y desde Ciudadanos, Fernando Giner lanza propuestas concretas como que Valencia se convierta en la capital mediterránea de la creatividad y el diseño como motores de los sectores tradicionales. Reclama que se venda Valencia antes de que los turistas se sorprendan. Aboga por una oficina antifraude para poner coto a la enorme deuda y a una gestión más que deficiente. Porque si algo está claro para Giner es que el PP de Rita Barberá no tiene más proyecto para Valencia que perpetuarse en el poder.