La campaña cruza el ecuador

Valladolid

Las dudas que presidieron el inicio de la campaña siguen igual cuando las distintas formaciones ven caer las hojas del calendario. En el caso de las elecciones municipales en Valladolid, el elemento que podría generar una mayor desestabilización –la sentencia del ‘caso de los áticos- sigue sin ser notificada.

Así las cosas, el PP se presenta como favorito, de acuerdo al menos a los sondeos, para ganar estos comicios, pero con riesgo elevado de perder la mayoría absoluta. Su candidato ha presentado en los últimos días su programa con muchas propuestas conocidas, como la piscina en el Pisuerga o el centro de congresos, pero en versiones algo “descafeinadas”, porque lo de los proyectos llamativos ya hace tiempo que no se lleva. En cambio otras propuestas, como la del “turismo de salud” han generado cierta controversia en la que, por otro lado, está siendo una campaña “de guante blanco”.

El PSOE afronta un escenario complejo y su cabeza de lista se ha movido por diferentes zonas de la ciudad para trasladar el mensaje de que es posible el cambio político en el consistorio. Para ello ha contado ya con el apoyo del secretario general de su partido, Pedro Sánchez.

Nuevas apuestas

Valladolid Toma la Palabra mantiene en campaña la misma línea estratégica que ha marcado su nacimiento y desarrollo. Mucho trabajo de calle, con la plaza de Fuente Dorada como enclave para el contacto con los medios y actos de muy pequeño formato con participación de los integrantes de la lista. El movimiento en redes sociales es uno de sus baluartes aunque habrá que saber hasta qué punto influye en los resultados.

Ciudadanos cuenta con el inestimable empuje de su líder nacional, cuyo tirón popular quedó plasmado en el recorrido que Albert Rivera hizo por el centro de la ciudad, eclipsando incluso a sus candidatos autonómico y local que cuentan, sin duda, con rentabilizar el “gancho” que tiene el político catalán entre la desencantada masa de votantes.

Sí se Puede Valladolid también se ha apoyado en caras conocidas, en este caso, la de Iñigo Errejón, que en su condición de miembro de la cúpula de Podemos, una de las “marcas” que están detrás de la candidatura, también aspira a recoger el voto de los ciudadanos hastiados de la política de siempre. Han tenido, por cierto, que lidiar con la intolerancia y el vandalismo de quienes atacaron la caseta de la formación situada en el centro de Valladolid.

En cuanto a Unión, Progreso y Democracia están quizá mostrando el perfil más bajo, en plena zona baja de popularidad por la crisis que este partido ha atravesado en los últimos meses.

Con este panorama, lo único cierto es que no hay nada claro y que el escrutinio de la noche del domingo 24 será uno de los más apasionantes vividos en la capital vallisoletana desde hace muchos años.