Siguen las redadas racistas en Madrid
Las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos publican un nuevo informe
Denuncian que los controles policiales siguen siendo racistas y masivos pero más discretos
El 54% de los identificados son inmigrantes cuando éstos sólo representan el 12% de la población
Madrid
Las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos han presentado su III informe sobre las redadas racistas. Denuncian que en la Comunidad de Madrid las identificaciones policiales siguen siendo raciales. "En ningún caso tienen relación con la conducta de las personas o con la actividad que estén realizando en ese momento sino con su aspecto físico", explica Malena Becerra, una de las portavoces de estas brigadas, que asegura que de acuerdo con su experiencia en la calle y con los testimonios recopilados para este tercer informe de la asociación, los identificados suelen ser todos aquellos que no tienen rasgos físicos europeos y con apariencia de pertenecer a una clase social media o baja.
No se trata de decisiones individuales ejecutadas por determinados agentes sino que es una práctica extendida, por lo que responde a políticas de gobierno, según los miembros la organización que lo entienden como una muestra de "racismo institucional". Tachan estas identificaciones de "ilegales e ilegítimas" y sostienen que vulneran los derechos de igualdad y no discriminación.
La brigadas recuerdan que con su labor pueden evidenciar que estos controles se hacen mayoritariamente a personas de otras etnias pero les resulta imposible recopilar datos concretos y realistas pueto que no saben cuántos controles hay ni cuantas identificaciones o detenciones se efectúan en cada uno de ellos. Los gobiernos hacen públicas cifras contradictorias, según explica Malena.
En 2012, por ejemplo, se realizaron más de 8 millones de identificaciones ségún el Anuario Estadístico del Ministerio de Interior, aunque el Cuerpo Nacional de Policía cifró en 50.000 las identificaciones realizadas durante ese año. Es cierto que en ese dato no se incluyen las identificaciones hechas por el resto de Cuerpos y Fuerzas del Estado, pero aún así, insisten en que es una diferencia demasiado elevada. De entre las cifras oficiales, destacan que el 54 por ciento de las identificaciones se hacen a inmigrantes, según reconoce el propio Ministerio de Interior. Datos desproporcionados a los ojos de estas brigadas si se tiene en cuenta que "sólo el 12 por ciento de la población es extranjera" en la Comunidad.
También critican que entre noviembre de 2012 y octubre de 2014, que es el periodo que abarca este último informe, los controles se han vuelto "más discretos" con respecto a periodos anteriores. Siguen siendo "masivos y habituales" pero mientras hace unos años la policía se ubicaba en plazas públicas o salidas de metro y paraban a la gente durante largo rato, ahora son controles "más breves, se hacen en mayor cantidad de casos con policía secreta y son móviles", es decir, que los agentes se van desplazando de un lugar a otro de manera que dificulta la capacidad de actuación de las brigadas vecinales, que intentan contabilizar y estudiar estas identificaciones.
Además, denucian que estas redadas raciales se han extendido a lugares concretos como las puertas de algunos institutos o lugares privados en los que la presencia de inmigrantes es habitual, como locutorios. Y aseguran que hay una íntima relación entre estos controles raciales y los vuelos de deportación. "Cuando hay programado un vuelo de deportación a un país determinado, aumentan los controles a personas de esa etnia concreta", asegura Valeria Canelas, miembro de las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos.
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