Caricatura sin gracia

Valladolid

Parece como si un mal dibujante hubiera intentado dibujar en una viñeta una caricatura y le hubiera salido sin gracia. Eso es lo que se vio en Zorrilla en el Real Valladolid 1-3 Real Zaragoza.

Decía Rubi en la previa que el partido ante el Zaragoza era "la última bala para el ascenso directo" y el equipo la utilizó para suicidarse con un tiro en la sien.

El Valladolid exhibió su peor cara, en un partido que colmó el vaso de la paciencia de un público que abandonó el estadio al grito de 'Rubi vete ya' en improvisado plebiscito en un día muy apropiado para ello. Ese fue el desenlace, pero el prólogo vino marcado por una primera parte más o menos digna, con juego igualado, pocas ocasiones creadas y 45 minutos que se decantaban del lado local gracias  un penalti transformado por Óscar en el minuto 38 (16 goles en esta temporada) y que había señalado Ocón Arráiz al tocar Mario un balón con la mano dentro del área. Con esa exigua ventaja se llegaba al asueto y parecía bastante, pues los porteros tampoco habían intervenido demasiado. Es verdad que el Zaragoza se jugaba mucho más en envite y fue uno de los equipos más compactos que han pasado por Zorrilla, pero no es excusa para el papelón que escenificó el equipo de Rubi en la reanudación.

En la segunda mitad llegó la debacle blanquivioleta y eso usando una palabra benévola. Borja Bastón antes de marcharse lesionado tuvo dos claras ocasiones superando a los lentos centrales del Valladolid (Samuel y Rueda), pero las mandó a las nubes cuando lo lógico era marcar. El gol que empataba el choque llegó también de penalti. Sastre empuja a Vallejo (gran partido del capitán del Zaragoza) y Borja Bastón inaugura el marcador para los de Popovic.

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Fue el principio del fin. Sin juego, sin intensidad, sin ideas y sin personalidad, el Real Valladolid fue dando tumbos, tal vez al verse abocado al playoff tras la victoria del Girona ante el Llagostera o simplemente porque a estas alturas de la película no da para más. Willian y Eldín pusieron la puntilla en los minutos de descuento amarrando el 1-3 y desnudando las vergüenzas de un grupo errático que tendrá que cambiar mucho si quiere tener siquiera alguna opción de pelear con dignidad en los playoff que se avecinan.

El presidente Carlos Suárez respiró dos veces antes de contestar en rueda de prensa y aseguró que "confío en el entrenador y el equipo pero para ascender en el playoff hay que correr mucho; no se pueden tomar decisiones en caliente".