El cambio radical de Benavent

Valencia

La aparición de Marcos Benavent en la ciudad de la Justicia ha dejado boquiabiertos a los periodistas no sólo por sus palabras, sino por el cambio radical en su apariencia.

Atrás han quedado los trajes de chaqueta, camisas y corbatas. Ahora Benavent luce un look más cercano a un profesor avanzado de yoga que a un directivo de una empresa pública.

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Pantalones anchos, camiseta de manga corta y un chaleco ha sido el ‘dress code’ escogido por Benavent para acudir al juzgado. Pero que más choca de su nueva imagen es la poblada barba blanca y el descuidado corte de pelo que acompañados de pendientes, pulseras y brazo tatuado le aportan a su atuendo un aspecto un tanto místico.

Un misticismo que no se acaba en su forma de vestir, sino que su forma de ser. De hecho, Marcos Benavent anunciaba que devolverá lo que pueda con su patrimonio porque para él ahora lo fundamental es haberse encontrado a sí mismo. Por eso luce ese look de barba y pendientes, porque él se siente así.

De hecho, si no hubiese estallado el caso Imelsa su próximo destino estaba en Nepal. Allí quería perderse, algo que no descarta para el futuro aunque de momento se tiene que quedar aquí, para arrojar luz sobre un caso en el que se investigan las posibles mordidas en los contratos de la administración que habrían manchado a distintos responsables políticos, administraciones y empresarios.

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