Rufete, prueba superada

Valencia

No es sencillo detenerse a analizar la gestión de la actual dirección deportiva del Valencia. En determinados casos, la línea de la autoría en algunas operaciones se difumina y termina perdiéndose, a medio camino entre Paterna y Lisboa. El fichaje de Otamendi es el ejemplo perfecto. El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano. En cualquier caso, y diga lo que diga el agente de Otakaiser, la llegada del central argentino puede contarse entre los méritos de Rufete. Eugenio López se empeña en sacarle de una ecuación en la que Ayala fue y será factor dominante. Las cosas como son. 

Pero vayamos, primero, a términos más generales. Desde que el actual director deportivo ocupa el chalet en las entrañas de Paterna, el Valencia ha estado a 15 segundos de una final europea y está ahora a 180 minutos de regresar a la máxima competición continental.

Preguntado nada más llegar al cargo por sus objetivos, recuerdo cómo hacía especial hincapié en la necesidad de recuperar el sello competitivo que emanaba del vestuario en la etapa de Rafa Benítez. Dicho y hecho. No hay más que analizar los ocho enfrentamientos ante Barça, Real Madrid, Atleti y Sevilla. Partidos de colmillo en los que el Valencia fue capaz de mirar a los ojos de los Dioses, ya se llamaran éstos Messi o Cristiano. y rebajarles a una condición puramente terrenal. 

Además, el equipo ha sido un bloque granítico en Liga. Prueba de ello el excelente rendimiento en Mestalla -dónde sólo ganó el Barça y sin merecerlo- y los 32 goles encajados, el tercer mejor registro, precisamente por detrás del equipo blaugrana y el Atlético de Madrid. Conviene, eso sí, no perder de vista que uno de los responsables en la consagración de este estilo, el hombre que ha inoculado en la plantilla la importancia del sacrificio defensivo es Nuno Espirito Santo. El entrenador de Peter Lim y Jorge Mendes. De haber sido por el de Benejúzar, Pizzi seguiría entre nosotros. Ya saben aquello de "nuestro entrenador era Juan". Pero qui paga, mana. 

Y como el que paga, además de mandar, cuenta entre su círculo de amistades con el superagente portugués, Rufete, Ayala y Salvans han tenido que tragar con las decisiones de la dirección deportiva que habita entre los rincones del smartphone de Mendes. Gajes del oficio. El penúltimo golpe de gaznate lo han provocado los 15 millones pagados a Benfica por Joao Cancelo. Antes de que un posible fiasco nos hiciera reclamar pruebas de paternidad, desde Paterna ya se han encargado de airear que el ADN de la criatura es portugués. Que conste en acta. Para lo bueno o lo malo. 

Con otros jugadores no hay ningún género de dudas. Constituyen aciertos en el haber de Rufete y su equipo de trabajo. La decidida apuesta por Gayà para el primer equipo quizá merezca la pole position. Asimismo, han ofrecido gran rendimiento Shkodran Mustafi, Seydou Keita, Rodrigo De Paul o Lucas Orban. Éstos dos últimos han jugado menos pero, en el tiempo que les ha proporcionado Nuno, ofrecen la impresión de tener nivel más que suficiente para formar parte de la segunda unidad de un Valencia de Champions.

No todo son fichajes. La dirección deportiva consiguió salidas decorosas y/o rentables para futbolistas que suponían una pesada carga para la entidad, como Postiga, Pabón o Sergio Canales, que emigró a Anoeta buscando crecer y ha acabado duodécimo. Excluyo de la lista de éxitos a André Gomes, que venía incluido en el pack de oferta de Meriton para adquirir la sociedad. 

Como ocurre en todos los casos sin excepción -Subirats, Braulio, Suso, Jesús Martínez y hasta Pasieguito- Rufete también esconde muertos en el armario. Hasta la fecha -crucemos los dedos para que el asunto cambie en la 15/16-, los 32 kilos que va a costar Negredo son una fortuna atendiendo a la relación coste/goles-rendimiento. Zuculini no ha brillado, ni aquí que jugó poco ni en Córdoba que tuvo alguna opción más. Vinicius ni ha acabado la temporada en Bélgica, incapaz de adaptarse a la exigencia del fútbol europeo. En los pocos partidos que entró por Alves, Yoel nunca generó sensación de fiabilidad. Quizá por ello el club busca portero y no confía en su sociedad con Jaume para los primeros meses de la próxima temporada. 

Fichajes al margen, la actual dirección deportiva también es responsable de salidas muy discutibles, Regalar a Jonas, que ha enchufado él solo 20 goles más (30) que la sociedad Rodrigo-Negredo (10), y traspasar a Banega, protagonista principal en el temporadón del Sevilla, por poco más de dos millones, son operaciones que el tiempo ha evidenciado absolutamente cuestionables. Excluyo de la lista de fiascos de Rufete a Rodrigo, Enzo y Filipe Augusto por la misma razón que André Gomes no está en la de éxitos. Están en el debe de Peter Lim.