El sueño de Manuela
La ‘nueva política’ pasa ahora del verbo cercano a los hechos y soluciones concretas. Carmena tendrá que sortear las trabas y vicios heredados en un Ayuntamiento megalómano, alejado, desde hace años, de los problemas de los madrileños.
Madrid
"Me encanta que os podamos desorientar un poco (risas). Preparaos, que vamos a hacer cosas nuevas". Manuela Carmena explicó así durante la presentación de su acuerdo de investidura, el nuevo tiempo que se abre este sábado en el Palacio de Cibeles.
Carmena (71 años) ha devuelto la ilusión a Madrid sin necesidad de llevar en un programa nuevos proyectos olímpicos, grandes operaciones urbanísticas o promesas electorales de imposible cumpimiento. El éxito electoral de Ahora Madrid ha sido un discurso sencillo, próximo y real que ha encajado con el cansancio de los madrileños ante el abandono de la ciudad y la soberbia mostrada por Esperanza Aguirre durante una campaña en la que la lideresa se autodestruyó.
Con su elección hoy como alcaldesa, Carmena pasa a la siguiente fase. Convertir toda esa ilusión en respuestas concretas desde una institución con una estructura administrativa arcaica y poco engrasada y en la que el sueño de Manuela tendrá que entenderse con la realidad de la gestión del consistorio más endeudado de España (casi 6.000 millones de euros).
Carmena se sube a la bici de una ciudad imprevisible y llena de obstáculos, en la que tendrá que pedalear cuesta arriba. Con los distritos abandonados a su suerte, en la que cualquier proyecto se tropieza con engorrosos trámites burocráticos que castigan al que desea emprender, con una calidad del aire manifiestamente mejorable y con una oferta cultural agotada. Una ciudad que se puede despertar con un Madrid Arena o acostarse con las maletas en la calle tras la ejecución de un desahucio.
Manuela tendrá que contener las distintas sensibilidades de una plataforma heterogénea y templar los ánimos cuando toque. Emprender una reforma a fondo de un gigante administrativo plagado de derechos adquiridos. Entenderse con los nueve concejales socialistas que manejan la llave de paso de su gobierno y esquivar las balas de una oposición herida en cuyos bancos se sentará (de momento) Esperanza Aguirre.
Si bien es cierto que el legado es el que es y la gestión de la última legislatura ha situado el listón en un nivel asumible, las dificultades económicas y las trabas estructurales, pueden convertir el sueño de Manuela en su peor pesadilla. Ilusión sí pero no será tarea fácil.
Javier Casal
Presento el informativo Hora 14 en la SER. Durante 11 años estuve al frente de la actualidad de Madrid...