Alcaldesa por sorpresa en Alameda del Valle
La única edil socialista, Noemí Frías, es nombrada regidora de este pueblo de la sierra después de que los cuatro concejales del PP se equivoquen al votar en el pleno de investidura
Ayuntamiento de Alameda del Valle / Google Street View
Madrid
Los ciento ochenta habitantes de Alameda del Valle – un pequeño pueblo de la sierra madrileña al pie del embalse de Pinilla – están poco habituados a sobresaltos electorales: durante los últimos veinte años, el Partido Popular ha ganado las elecciones en este municipio y ha gobernado con relativa calma. Al menos, hasta los últimos días: por un error cometido en el pleno de investidura de los cuatro concejales electos del Partido Popular – que habían conseguido holgadamente la mayoría absoluta – Alameda del Valle tiene una nueva alcaldesa, la única concejala electa del PSOE y de lo que iba a ser la oposición.
La nueva alcaldesa de Alameda del Valle tiene 39 años, se llama Noemí Frías, es enfermera en el Hospital del Norte de San Sebastián de los Reyes y en su casa “lo fliparon” cuando volvió del pleno con el bastón de regidora en la mano. Activista por la sanidad pública con las batas de la ‘marea blanca’, Noemí decidió presentarse como número dos de la lista del PSOE como concejal independiente, y el día de la investidura e encontró con que el archiconocido rodillo de la mayoría absoluta del PP le convertía en alcaldesa, aunque fuera por error: “Me puse muy nerviosa, yo no me esperaba esto. Acepté ser candidata al ser la única de mi partido, y ellos no se proponen como candidatos, los cuatro del PP retiraron su candidatura y salí yo”, explica emocionada.
“Me llamó todo el mundo para felicitarme”, dice. Desde luego, el momento de recoger el bastón de mando no había aparecido ni en los sueños más políticamente imposibles de esta enfermera de 39 años: “No estaba preparada, de todas las posibilidades que existían, yo esa no la consideré, ¡tenía enfrente una candidatura con mayoría absoluta!”, asegura.
La moción de censura
Desde luego, en este pequeño y tranquilo pueblo de la sierra madrileña no se habla de otra cosa: cada uno de los ciento ochenta habitantes aprovecha la mínima posibilidad para explicar a los vecinos de otros municipios – o a los urbanitas que van a pasar el fin de semana en las faldas del embalse – la carambola electoral que ha tenido lugar en Alameda del Valle.
Pero la nueva alcaldesa tiene muy claro que su tiempo en el sillón de mando puede tener los días contados si el Partido Popular del municipio se pone de acuerdo, esta vez sí, para poner en marcha una moción de censura: “Yo esto sinceramente no sé cuánto va a durar”, dice. Todavía no ha hablado con sus compañeros ‘populares’, pero pretende sentar a todo el mundo en la mesa para consumar lo imposible: “Mi intención es hacer el primer pleno y hablarlo, se aceptan propuestas. Yo sola… no es que no pueda gobernar sola, si llegamos a un acuerdo pues sí, pero lo lógico es que ellos no quieran que yo gobierne”.
Noemí, por si acaso, ya se ha puesto manos a la obra y tiene muy claro lo que hará si le dejan ser regidora de su pueblo. “Hasta que me dejen”, bromea, antes de ponerse seria y explicar las medidas más inmediatas en las que ha intervenido: “Las más cotidianas, lo más importante es el agua, reparar fugas, el riego de piscinas y jardines…”.
Noemí está nerviosa y emocionada ante esta nueva – y puede que breve – aventura. No es para menos. El pasado 24M, las urnas de Alameda del Valle dejaron cuatro concejales del PP y uno, ella misma, del PSOE, y ahora es alcaldesa. El tan temido 'tamayazo', finalmente, ha sido involuntario y en la sierra de Madrid.
