Última hora

FRANCIA Detenido el hombre que amenazaba con inmolarse en el consulado de Irán en París

Hoy por Hoy Locos por ValenciaHoy por Hoy Locos por Valencia
Actualidad
SER SALUDABLE

¿Cómo conseguir que una dieta funcione?

El coaching nutricional puede ayudarnos a convertir nuestros propósitos en hechos. Hablamos con Yolanda Fleta socióloga, experta en coaching nutricional y autora, junto con el nutricionista Jaime Giménez, del libro Coaching nutricional. Haz que tu dieta funcione.

SER SALUDABLE 25 JUNIO

SER SALUDABLE 25 JUNIO

10:04

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/004RD010000000170850/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Valencia

¿Quién no ha empezado una dieta y después, al poco tiempo, la ha abandonado? ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase: “Sé qué tengo que comer, pero a la hora de la verdad no lo cumplo”? Modificar un estilo de alimentación puede suponer un reto difícil de afrontar. Convertir propósitos en hechos que repercutirán positivamente en nuestra salud es uno de los objetivos del coaching nutricional. Superar la resistencia al cambio y no abandonar las metas han dejado de ser obstáculos a los que el paciente se enfrenta solo. Yolanda Fleta socióloga, especialista en sociología de la alimentación y una de las autoras del libro Coaching nutricional. Haz que tu dieta funcione, explica las claves para conseguir con éxito una modificación de hábitos alimenticios:

1. COACHING NUTRICIONAL, UN ALIADO.

Se practica para conseguir objetivos relacionados con la alimentación. En el ámbito de la salud se usa como nuevo enfoque para complementar la labor de asesoramiento técnico nutricional que realizan los dietistas-nutricionistas o los endocrinos. Consiste en acompañar al paciente que quiere mejorar su alimentación o controlar su peso, para que aumente su motivación y confianza en su capacidad para llevar a cabo el cambio. El problema que tienen muchos es que saben qué tienen que comer, pero después no se ven capaces de hacerlo o de mantenerlo en el tiempo, y ahí es donde entra en juego el coaching nutricional.

2. ELIMINA LAS EXCUSAS DEL TIPO: “MAÑANA EMPIEZO”. Tener la intención de hacer algo, no es lo mismo que hacerlo. Seguro que hay mucha gente que llevan tiempo pensando en mejorar su alimentación, en empezar a controlar sus raciones, en comer más saludablemente, pero no se deciden a dar el paso para cambiar porque les resulta más cómodo o fácil quedarse como están. Se encuentran en lo que llamamos en coaching la zona de confort, esa en la que no estás a gusto contigo mismo o con lo que tienes, pero a la que te aferras porque te resulta más costoso salir de ella que quedarte. En realidad, aunque la llamemos zona de confort, no significa que nos sintamos satisfechos en ella, sino todo lo contrario. Normalmente,nos asaltan los pensamientos del tipo: “debería perder unos kilos”, “estoy harta de verme así”, “como no ponga remedio pronto a esto mi salud se va a resentir”… Y esos pensamientos precisamente, en lugar de ayudar, lo que hacen es dificultar el cambio, porque lo que consiguen es que la persona se sienta mal consigo misma y pierda capacidad para asumir las riendas del cambio.

3. SUPERA LA RESISTENCIA AL CAMBIO. Con convicción y planificación. Primero tengo que estar convencido de que quiero cambiar. ¿El cambio va a ser fácil? Pues seguramente no, pero si lo elijo, me va a costar mucho menos que si lo hago sin la convicción necesaria. No es lo mismo hacer algo porque quiero, a porque me obligan. El deseo tiene que ser tuyo, no de otro. Por eso es importante que antes de llevar a cabo la decisión de cambiar tu alimentación, pienses detenidamente en qué hace que valga la pena realmente ese cambio. La resistencia al cambio se supera teniendo la percepción de que el cambio no te va a resultar tan difícil y de que además vale la pena. Si creo que algo me va a costar mucho esfuerzo o lo que voy a conseguir con el cambio tampoco es tan importante para mi, es difícil que me movilice.

4. CAMBIA HÁBITOS. Hay que comprender que un hábito es una conducta que el cerebro ha convertido en automática después de repetirla muchas veces. De esta manera, el cerebro se ahorra energía para poderla invertir en otras actividades que sí requieren de su completa atención. Por eso, lo primero que debemos hacer es desautomatizar la conducta aprendida, por ejemplo servirme raciones muy abundantes, o picar algo después de cenar. Para ello se requiere que estemos muy presentes y conscientes para poder reprimir la inercia del hábito. Paralelamente, se trata de generar ese nuevo hábito saludable que deseamos. Es simple, pero no fácil. Para crear un nuevo hábito tiene que haber una creencia potenciadora que lo sostenga. Como por ejemplo la que tiene este paciente de 50 años que quiere cambiar su alimentación, porque de lo contrario puede tener un problema cardiovascular… “Si adelgazo, tendré mejor salud”. Si parte de ese pensamiento, es que el valor de la salud es importante para esa persona. Por lo tanto, lo primero que haríamos sería conectarla con los beneficios concretos en su salud que conseguirá cuando adelgace. ¿Qué mejorará concretamente? ¿Le dolerán menos sus rodillas? ¿Tendrá menos riesgo de sufrir un infarto u alguna de las demás enfermedades vinculadas al sobrepeso como hipertensión, diabetes, colesterol…? Después es cuestión de repetir la conducta saludable hasta que nuestro cerebro la aprende y la integra como automática.

5. ENTRENA LA FUERZA DE VOLUNTAD. Es difícil confiar en alguien si cada vez que te ha dicho que haría una cosa, luego no la hace. Eso también pasa con nosotros mismos, pero si te cuelgas la etiqueta de que no tienes fuerza de voluntad, esa creencia te va a condicionar negativamente y vas a estar predispuesto a tirar la toalla a la mínima de cambio. Cualquier contratiempo va a ser una prueba de que eres una persona sin fuerza de voluntad. Entonces, para entrenar la fuerza de voluntad, lo primero que debes hacer es cambiar tu creencia limitante: “Aunque hasta ahora no he tenido fuerza de voluntad para hacer x, a partir de ahora voy a ser perseverante con…”. Se trata de escoger una pequeña acción por la que empezar, como por ejemplo correr cinco minutos la primera semana. Cinco minutos puede parecer algo insignificante, pero más allá del resultado que obtienes con el hecho de correr cinco minutos durante una semana, es lo que pasa contigo durante el proceso. Al ver que eres capaz de comprometerte con esos cinco minutos, vuelves a recuperar la confianza en ti mismo y eso empieza a empoderarte y a hacer que te sientas diferente. Te empiezas a gustar y a creer en ti.

6. ELIGE LAS OPCIONES MÁS SALUDABLES EN EVENTOS SOCIALES. Se puede trabajar con anticipación ese evento para que estés más preparado para hacer elecciones saludables. Si tengo la boda de mi prima el próximo fin de semana, y no quiero echar por la borda todo lo que he conseguido en esa semana, podemos trabajar con anticipación cómo lo vas a hacer ese día. Sobretodo se trata de comer conscientemente, ya que en ese tipo de eventos a menudo perdemos el control de lo que comemos. Es como un ensayo previo. Lo preparas mentalmente y lo visualizas. El paciente puede escoger qué hacer y qué no. Por ejemplo, probar solo una porción de cada una de las cosas del aperitivo, comer aperitivo y primer plato, pero no segundo, o tomar los dos platos ,pero no el aperitivo ni el postre, tomar una copa de vino únicamente durante el aperitivo, y no otras bebidas alcohólicas más calóricas. Es importante que la persona mantenga algo en la mano, una copa con agua mineral y una rodajita de limón, por ejemplo, para no tener la sensación de no hacer nada con las manos y, sobretodo, pasarlo bien, disfrutar de la compañía de las personas que hay en la fiesta.

7. HAZLO POR ELECCIÓN, NO POR OBLIGACIÓN.

Una persona no debe pensar que la la dieta que hace es por obligación, sino un cambio en su alimentación que elige ella o él para mejorar en algún aspecto de su persona o de su vida y que va a poder disfrutar. Nadie en su sano juicio quiere mantener en el tiempo algo que le produce insatisfacción. Si no estás a gusto con tu plan de alimentación tarde o temprano lo vas a dejar. Así que es importante que cuentes con un dietista nutricionista que te asesore para elaborar una dieta con la estés satisfecho, que te permita comer sano y controlar tu peso, si eso es lo que deseas, pero además te permita disfrutar del placer de los alimentos. De esa manera tu sensación de esfuerzo será mínima y mayor tu sensación de satisfacción.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00