Cooperantes: desde Cuenca a Nepal

Cuenca

Fundada en 2006, con sede en Canarias, la ONG Cooperación Internacional Dona Vida es una organización independiente, no lucrativa, laica y no gubernamental que trabaja “en el desarrollo de proyectos en Nepal con el objetivo de garantizar los derechos de las personas”, según se explica en su página web. Ahora Dona Vida llega a Cuenca a través de un grupo de voluntarios que viene trabajando con ellos desde 2011.

Profesionales sanitarios y aficionados a la montaña encontraron en Dona Vida el aliado perfecto para su cooperación. “Buscábamos una organización para colaborar y ofrecer nuestro trabajo y, como nos gusta la montaña, queríamos que trabajase en Nepal”, explica Julián Ángel Mariana, natural del pueblo conquense de Portilla y enfermero enla UVI Móvil de Motilla del Palancar. “Desde entonces hemos ido varias veces hasta este pasado mes de junio que volvimos tras el terremoto”.

Antes del desastre de la pasada primavera realizaban un trabajo asistencial en los centros de salud nepalíes. “Pasábamos consulta y contribuíamos en tareas de formación a los profesionales de allí, porque tanto los médicos como los enfermeros necesitan un refuerzo”.

Además de Julián, se han implicado en estas labores de cooperación otros sanitarios como Carlos Martínez Magaña y Teresa Díaz Roger (ambos médicos de Cuenca), Cristina Durán (médico de Guadalajara) y Alberto Chaves (técnico en Transporte Sanitario de Cuenca).

Ahora formalizan la delegación de Dona Vida en Cuenca una vez que han conseguido los primeros apoyos en esta ciudad. “Tras nuestro último viaje a Nepal con motivo de los terremotos”, explica Mariana, “la gente al enterarse de que íbamos para allá, nuestras familias y amigos nos han aportado una cantidad de dinero de tal forma que nuestra labor allí no solo ha sido asistencial, sino que hemos tenido que gestionar ese dinero para mejorar infraestructuras y crear nuevos proyectos.

Hemos visto que sí que hay una necesidad de seguir colaborando en Nepal. No es que antes no la hubiese, pero si antes estaba mal ahora está peor”. Con el impulso que buscan en Cuenca pretenden seguir adelante con los proyectos emprendidos en su último viaje al país asiático.

Tras el terremoto

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En la última visita, el trabajo de atención sanitaria en un centro de salud en concreto de sus anteriores viajes, se ha cambiado por una labor itinerante por los lugares donde más era necesaria su presencia como profesionales médicos. “A través de nuestra contraparte hemos llegado a las zonas donde el terremoto ha causado más estragos”, relata Mariana. “Los días que no hemos pasado consulta los hemos dedicado en Katmandú, la capital, a gestionar los recursos económicos para comprar medicinas o aparatos sanitarios. Uno de los proyectos más bonitos ha sido instalar placas solares y toda la instalación eléctrica en un centro de salud donde, debido al terremoto y al colapso de las infraestructuras, no tenía acceso a la electricidad para algo tan básico como mantener unas vacunas en una nevera”.