"No había nada en la Conselleria que se tramitara sin conocimiento del conseller"

Palma de Mallorca

Una exalto cargo del Consell de Mallorca afirma que su departamento compró 4.300 sillas por valor de más de 60.000 euros para favorecer a empresas afines a Unió Mallorquina y a un amigo íntimo del entonces conseller insular, Miquel Riera. La exsecretaria de Cooperación Local de la institución insular, Coloma Castañer, ha declarado como acusada en el juicio que se celebra estos días en la Audiencia Provincial de Palma contra exaltos cargos del Consell y empresarios de la isla por varios delitos de corrupción.

La Fiscalía pide siete años de cárcel para Castañer y la exconsellera de Medio Ambiente, Catalina Julve, ambas de Unió Mallorquina. Los empresarios que se sientan en el banquillo se enfrentan a penas de entre cuatro y siete años de prisión.

Se juzga una adjudicación presuntamente irregulares para comprar las 4.300 sillas y otra por la que se concedió el control del servicio de recogida de basura. Según la Fiscalía, estas operaciones supuestamente fraudulentas provocaron un perjuicio de más de medio millón de euros a las arcas insulares.

Castañer ha manifestado que el conseller Riera dio instrucciones para comprar las sillas a una empresa concreta y afín a UM. Dice que cuando éste falleció, su sucesora Catalina Julve, mantuvo esas instrucciones. Durante su relato, ha reconocido que la compra se hizo "para agotar una partida presupuestaria" aunque ha manifestado que las sillas "no eran muy necesarias". Según Castañer, se compraron las sillas como también se podían haber comprado mesas o bolígrafos.

Según su relato, al concurso para adjudicar la compra sólo se invitó a afines a UM y se ordenó a algunas que se retiraran para beneficiar a otras. Castañer ha insistido en que "ella conocía las instrucciones, se mantuvo y pasó a firma para adjudicación de la consellera. No había nada en la Conselleria que se tramitara sin conocimiento del conseller o consellera".

Durante la jornada, también ha declarado uno de los empresarios beneficiados, tanto por la compra de las sillas como por la adjudicación del servicio de control de recogida de basura. El empresario ha mantenido que su empresa cumplía todos los requisitos para ganar los concurso y que nunca tuvo contacto con la consellera en relación con los concursos. Corbó al Consell casi 30-mil euros por las sillas, a pesar de que éstas le costaron apenas 14.000 gracias, ha dicho, a que le rebajaron el precio final por ser una gran compra.

El juicio se retomará el próximo 16 de julio con las declaraciones de la exconseller Julve y el resto de acusados.