Los dinosaurios de piedra de Buenache

Toledo

La localidad conquense de Buenache de la Sierra presenta desde este fin de semana un nuevo recurso: el Museo Paleo-Artístico. El centro recoge el patrimonio paleontológico de este pueblo serrano bajo la particular mirada de uno de sus vecinos, Fernando Buenache. Su afición por recoger piedras, trozos de ramas y raíces comenzó, como otras muchas cosas, por casualidad. “Un día paseaba por los alrededores del pueblo y encontré una primera pieza para comenzar la colección”. Fue en 1987 cuando descubrió el primer fósil. Desde entonces ha ido ampliando la colección a base de dirigir la mirada al suelo, hacia lo más inverosímil. Donde otros solo vemos piedras y trozos de madera, él ve un mundo mágico.

En este nuevo museo, integrado en la Ruta de los Dinosaurios que promueve la Diputación Provincial de Cuenca, se exponen piezas “con una preservación de organismos y de edad geológica análoga a las extraídas del yacimiento conquense de Las Hoyas (125 millones de años) con un extraordinario interés científico”, explican desde la organización. También se incluyen “restos óseos de dinosaurios y de los pobladores del mar Jurásico que bañaba la península hace 180 millones de años”.

El nuevo Museo Paleo-Artístico viene a completar la colección de Fernando Buenache que ya se expone desde hace años en el conocido como museo de Zoolitos. Son miles de piedras, de maderas, de objetos de la naturaleza al fin y al cabo que, a través de los ojos del coleccionista, adquieren formas mágicas: pájaros, roedores, culebras, mamíferos, anfibios, flores, setas, árboles,… Alguna vez aparece el hierro forjado, en este caso, como estructura de las formas. El paseo por el patio de los zoolitos ha de ser con los ojos abiertos como platos, con la curiosidad de un niño, con ganas de descubrir algo nuevo en cada pieza, en cada rincón. Son objetos toscos que se convierten en maravillosos al mirarlos a través del cristal adecuado, el de la imaginación.

Uno de los grandes logros de Buenache ha sido la creación del “Gran Litófono”, “un instrumento musical a base de piedras más o menos planas, huesos y troncos de distinto tamaño y forma que emiten un sonido característico”, explica. Después de seleccionarlas y ordenarlas se ha conseguido un instrumento que “genera sonidos armónicos muy agradables”. Pero además de este instrumento en el museo se pueden encontrar otros pequeños “litófonos” con los que el visitante puede probar sus dotes musicales.

El museo de Zoolitos es sólo uno de los lugares recomendables en Buenache de la Sierra. No se vaya del pueblo, por ejemplo, sin visitar su iglesia parroquial de los siglos XV y XVI donde puede contemplar un magnífico artesonado renacentista. El paseo por sus calles es agradable, tanto como las rutas de senderismo ya señalizadas que parten desde aquí. Hacia Palomera discurre el sendero de Los Ceños y, si lo desea, se puede acercar, entre hombrías y arboledas, hasta la Fuente del Acevillo.