Lo que cuesta un diputado en Cataluña

Barcelona

Barcelona es la circunscripción que elige más representantes en el Parlament, 85 de un total de 135. Esto se debe a que en Barcelona se encuentra el 75% de la población catalana. Pero trasladado a escaños, nos encontramos con que sólo representa el 63% del Parlament. El resto de circunscripciones están sobrerrepresentadas porque, con su 25% de población, escogen 45 diputados; es decir, el 37% de los escaños. Corto y raso, esto quiere decir que un voto en Lleida, Tarragona y Girona, tiene más valor que un voto en Barcelona.

En las pasadas elecciones al Parlament en 2012, ERC consiguió 21 diputados con 498.124 votos, o sea, 23.720 votos por escaño. Por su parte, el PSC necesitó 524.707 votos para conseguir 20 diputados, es decir 26.235 votos por escaño y uno menos que los republicanos. Y esto se debió a que la mayoría de los votos a favor de los socialistas se dieron en Barcelona.

El sistema electoral en Cataluña es similar al que se utiliza para las elecciones generales a nivel de toda España, que beneficia más a las zonas menos habitadas. Y esto se debe a que, en contra de lo que marcaba el Estatuto de 1979 y también el de 2006, Cataluña no ha desarrollado un sistema electoral propio, como sí sucede en las otras comunidades autónomas. El último intento de dotar de un sistema propio se produjo el pasado mes de mayo, pero no acabó fructificando.

Aparte de este hecho, 5.510.798 catalanes tienen el derecho a votar este domingo en las que posiblemente son las elecciones al Parlamento de Cataluña más trascendentales desde la reinstauración de la democracia y desde aquellas elecciones de 1980, con la primera victoria de Jordi Pujol.

En total son 8.181 mesas electorales que se reparten entre 2.681 colegios, en las que los electores decidirán como se dividen los 135 escaños del Parlamento. Y podrán escoger entre 1.281 candidatos, de los cuales 679 son hombres y 602 son mujeres, repartidos en 40 candidaturas.

La mayoría absoluta la marca la cifra de 68 diputados. Este número es el elemento clave para los partidos soberanistas y que determinaría si la ciudadanía les otorga el mandato democrático para iniciar la hoja de ruta hacia el nuevo estado. Y también es una cifra polémica. Los partidos no soberanistas afirman que, con la mayoría de escaños, no es suficiente para declarar la independencia y que, como mínimo, es necesaria también una mayoría en votos.