Carmena tiene un plan para limpiar Madrid
El Ayuntamiento anuncia el fin del ERTE y, al menos, 500 trabajadores más para adecentar las calles de la capital.
Madrid
500 barrenderos y jardineros más. Al menos 500, aunque pueden llegar a 700, y la paralización de los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) causantes de la actual situación. Este es, de forma resumida, el acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento de Madrid con las adjudicatarias (OHL, Sacyr, FCC y Ferrovial).
La alcaldesa, Manuela Carmena, visiblemente satisfecha, confía en que la ciudad pueda volver a estar limpia antes de fin de año. El acuerdo con las empresas se irá aplicando de forma progresiva ya que debe negociarse aún con los representantes sindicales. Los expedientes que afectan a la plantilla actual, de unos 4.000 trabajadores.
El ERTE, según el Ayuntamiento, quedará extinguido el 1 de octubre mientras que las contrataciones comenzarán a partir del día 15. Paralelamente, el Consistorio pondrá en marcha un programa de formación de trabajadores a través de la Agencia de Empleo sobre limpieza y zonas verdes con prácticas laborales remuneradas en las empresas concesionarias de los servicios de limpieza municipales. Por cada trabajador que las empresas contraten, recibirán un empleado en prácticas sufragado por el Ayuntamiento.
Los trabajadores afectados por el ERTE de limpieza viaria fueron 408 y serán ellos, en primer lugar, los que vuelvan a las calles, más otro centenar que podría corresponder a nuevas contrataciones a través de la agencia municipal del empleo en los barrios con mayores índices de paro. En una segunda fase, Carmena ha asegurado que se podrían otros 200 barrenderos y jardineros más.
El plan de limpieza arrancará con 147 actuaciones intensivas en los 21 distritos de la capital, y no solo en las vías principales. Habrá, por tanto, un cambio en las condiciones de los contratos para que sea obligatorio limpiar con una periodicidad establecida en las calles secundarias, a diferencia de lo que sucedía hasta ahora, cuando quedaba a criterio de las empresas la frecuencia con la que se entraba a las zonas no principales. Se garantiza así que todos los barrios estén limpios "de forma suficiente".
Esos cambios no suponen la vuelta a la situación anterior a 2013 -año en que se suscribieron los contratos que han desencadenado mayor suciedad en las calles- pero a juicio de la alcaldesa es un paso "muy importante para garantizar la limpieza de Madrid".
El plan de choque especial estará en vigor durante un tiempo no inferior a tres meses e irá acompañado de una amplia campaña de información y concienciación ciudadana para que los vecinos se impliquen también en el mantenimiento de sus barrios. La campaña tendrá un coste de 25.000 euros y pretende animar a los madrileños a que cuiden Madrid como si fuera su casa.
El plan incluirá "firmeza en el régimen sancionador" y también propuestas para que aquellos que más limpien Madrid sean compensados por ello. Un ejemplo de estos "premios" es la idea en estudio de que aquellos jóvenes que recojan latas y las depositen en un punto determinado puedan recibir dinero por esa acción, como sucede, ha dicho la alcaldesa, en muchas ciudades europeas.
"En nuestra casa no se nos ocurre tirar una cáscara de plátano al suelo", ha comentado la alcaldesa para incidir en la idea de que todos debemos ser responsables de mantener la capital limpia: "No puede ser que los barrenderos tengan que limpiar lo que nosotros no debemos tirar".