Osakidetza reconoce 13 casos de ceguera
Ocho son de pacientes intervenidos en el Hospital Universitario de San Sebastián y uno en Cruces, los cuatro restantes son de personas operadas en un centro sanitario privado
Hospital Donostia
San Sebastián
El departamento de Salud del Gobierno Vasco ha informado hoy de que son 13 el número de personas afectadas, que han quedado ciegas de un ojo, tras ser intervenidas quirúrgicamente en hospitales públicos y privados de Euskadi durante el pasado mes de junio. La consejería que dirige Jon Darpón y el Servicio Vasco de Salud- Osakidetza han difundido un comunicado en el que aseguran que "la problemática de lo ocurrido obedece, presuntamente, a la utilización" del material de uso quirúrgico perfluoroctano, de una casa comercial concreta y, al parecer, de uno o dos lotes concretos, que ya fueron retirados del mercado.
'La visión no volvió'
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Del número de casos declarados en Euskadi, ocho son de pacientes intervenidos en el Hospital Universitario de San Sebastián y uno en el de Cruces, ambos de la red pública, mientras que los cuatro restantes son de personas operadas en un centro sanitario privado.
Al menos cuatro personas han presentado denuncias por las secuelas padecidas a través del despacho de abogados bilbaíno Gómez Menchaca, especializado en derecho sanitario, al tiempo que se conocen ya más casos de afectados en distintos puntos de España.
"Empecé con molestias en un ojo, tenía falta de visión, una manchita negra y me dijeron que me tenían que operar. Se supone que iba a estar un mes sin visión, te ponen un gas que se va disipando, pero la visión no volvió", ha relatado José, uno de los afectados en Hoy por Hoy San Sebastián.
José es una de las personas que ha denunciado, al igual que Mikel. Ambos han exigido que se haga justicia y "que el culpable cumpla con sus responsabilidades". José, escayolista de profesión, duda que pueda volver al trabajo.
"Soy escayolista, trabajo encima de los andamios, y solo con un ojo no calculas las distancias. No me veo trabajando de nuevo en un andamio, a dos o tres metros de altura", reconoce José.
Mikel por su parte volvió al quirofano tras una operación de desprendimiento de retina que no salió bien. En cuanto fue operado por segunda vez supo que algo no marchaba bien, era incapaz de ver nada. "Al principio es un shock", apunta.
