AFEM: “El consejero de Sanidad nos propone una privatización encubierta”
Los médicos especialistas denuncian que los "pactos de gestión", la propuesta del consejero Jesús Sánchez Martos para que comiencen a operar por la tarde, son "demenciales". Es una nueva privatización encubierta, aseguran, porque para poder adscribirse a estos acuerdos se tienen que comprometer, previamente, a derivar a dos de cada tres de sus pacientes en lista de espera a hospitales de gestión privada
Madrid
El contrato tiene truco, nos ha dicho Marta Hernández, portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM ): "Tiene truco porque, aunque es cierto que establece que se primará enviar a los pacientes en lista de espera a hospitales públicos sin ella, estos hospitales no existen. Los únicos centros que apenas tienen pacientes esperando una operación, o tienen la posibilidad de operar fuera de las instalaciones del propio hospital, aspecto que también se prima, son los que están gestionados por empresas privadas.”
Después de analizar varios contratos enviados por la Consejería de Sanidad a los servicios quirúrgicos de diferentes hospitales, la portavoz de AFEM tiene claro el adjetivo que los califica: "Son demenciales". Primero, nos cuenta, "porque para que un servicio se pueda adscribir, tiene que comprometerse primero a derivar a otro centro al doble de pacientes que opere. Una vez adquirido ese compromiso se empieza a aplicar una especie de baremo por puntos con el que se calcula el dinero que la consejería abonará por lote de pacientes operado".
La Consejería le llama "tabla de precios por proceso". Cada operación tiene un precio máximo establecido que sólo se cobra si se consiguen el 100% de los puntos. Si se consiguen la mitad de los puntos el precio por proceso quirúrgico también se reduce a la mitad. ¿Cómo se consiguen los puntos? Según Marta Hernández "lo que más puntos da son las derivaciones, también da puntos operar a los pacientes fuera de las instalaciones del hospital, otro guiño directo a los centros de gestión privada porque son los únicos que tienen quirófanos fuera de los centros".
Otro de los epígrafes prima con cinco puntos no pasar a los pacientes a lista de espera quirúrgica tras la primera consulta, o con tres puntos la disminución de operaciones procedentes de la urgencia en favor de las de lista de espera. Con todo, lo que más asusta a los especialistas es que estos pactos de gestión “no se basan en ningún criterio de eficiencia, no marcan ningún parámetro de calidad. El contrato establece que la única responsabilidad del hospital que opere al paciente se inicia con la intervención quirúrgica y termina con el alta médica. No habla de revisiones del paciente, ni de posibles complicaciones o reintervenciones".
Toda la información de esos pactos de gestión ha sido recopilada por AFEM mediante los servicios de los diferentes hospitales porque la Consejería no los ha hecho públicos. "Jamás se ha reunido con nosotros", dice Marta Hernández, "ni nos ha pedido colaboración. La transparencia de la que alardea tanto Sánchez Martos brilla por su ausencia". "Sabemos que hay muchos jefes de servicio que no están firmando los pacto, otros tantos que después de firmar han analizado la letra pequeña y se han echado atrás. Los que sí lo han hecho están obligando a los médicos eventuales, que son muchos en la sanidad madrileña, a aceptar las operaciones. A ellos no les queda mucha opción".
Son pactos "moralmente inaceptables que están ocultando una privatización encubierta", insiste Hernández: "Incumple la ley de libre elección. Te obliga a derivar a dos pacientes por cada uno que operes. Sabemos que ahora Sánchez Martos dirá que es culpa de los médicos que no queremos operar por la tarde. No es verdad. Estamos pensando en los pacientes, en su seguridad y en su salud".
Desde la Consejería Sanidad nos explican que han comenzado a trabajar con un modelo de pacto de gestión que establece que si un hospital no puede asumir toda su carga de trabajo, pese a incrementar la actividad quirúrgica por las tardes, ésta se podrá derivar a otros centros públicos o concertados. Desmienten que se haya planteado a algún centro la derivación obligatoria.