Los comerciantes de Sol protestan por la "invasión" de loteros

Madrid

A medida que se acerca el gran día la Puerta del Sol se convierte en un bullicioso espacio donde todo gira alrededor de la lotería. Las colas que se crean junto a las puertas de las Administraciones lo hacen desde varias horas antes de que sus puertas abran al público y es que este negocio parece que mejora con la crisis.

Pero no solo en las administraciones podemos adquirir cupones, la Puerta del Sol se llena de vendedores que en sus puestos lucen multitud de números y que evitan la espera a las puertas de los establecimientos. Los gritos de “señora que tengo el gordo” o “traigo la suerte oiga” se convierten estas fechas en la previa de los villancicos. Esto no es ninguna novedad, es una tradición que viene de bien lejos, pero que en los últimos tiempos se ha convertido en un problema para los comerciantes de la zona, hasta 200 puestos se llegan a congregar en la plaza interrumpiendo el paso a los viandantes e incluso, como nos comentaba la dueña de la administración nº 10 de Sol, entrando en su tienda para pedir que recoloque su cola porque molesta al puesto. El pago de impuestos y tasas es el principal foco de conflicto ya que otros comerciantes que anda tienen que ver con la venta de lotería dicen estar muy tranquilos con la presencia de estos loteros ambulantes.

El Ayuntamiento es consciente de este problema y quiere regular de alguna manera la estancia en la plaza, nosotros hemos hablado con los propios vendedores de los puestos y la conclusión es que cualquier persona puede comprar una cantidad grande de billetes y venderlos en la calle. 25 es la cifra que está barajando el Consistorio y que hemos conocido a través de Jorge García Castaño, concejal responsable del distrito centro, a su vez nos dice que aunque esa cifra es la estimada están abiertos a dialogar con vendedores de lotería y con la propia Loterías y Apuestas del Estado para cambiar este número.

Este año las fechas son demasiado cercanas para actuar con ningún protocolo, pero Castaño asegura que el año próximo existirá algún método que regule este negocio que cada vez reúne a más gente y que ha pasado de ser tradición –de más de 40 años en algunos casos- a mercantilismo y que con las cantidad de personas que acoge Sol en estas fechas se convierte hasta en un problema de seguridad.