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VITORIA, EN FOTOS ANTIGUAS

Así se construyó (e inauguró) la Catedral Nueva de Vitoria

En nuestra sección de fotos antiguas recuperamos algunas fotos e historias sobre esta Catedral que tardó 62 años en levantarse

La Catedral Nueva en plena construcción en 1957 / Santiago Arina / Archivo municipal del Ayuntamiento de Vitoria

La Catedral Nueva en plena construcción en 1957

Vitoria

Sobre el solar de lo que fue el Convento de las Brígidas se construyó la Nueva Catedral de María Inmaculada. El convento fue abandonado por las monjas en 1906, para facilitar la construcción del nuevo templo, trasladándose la comunidad religiosa a la calle Juego de Pelota, hoy Vicente Goikoetxea. Al derribar el edificio del convento, la portada de la fachada fue desplazada de su antiguo lugar al nuevo convento, de forma que hoy podemos contemplarla en la calle citada.

En la imagen que ofrecemos a continuación vemos parte de la fachada del edificio que desapareció y la portada mencionada.

La siguiente fotografía nos muestra el mismo convento antiguo, con los jardines y arbolado que le rodeaban.

El edificio proyectado de la Nueva Catedral era ambicioso, con dos torres estilizadas que recuerdan en algo a la Catedral de Burgos. Sin embargo, la falta de dinero impidió que la obra fuera desarrollada en su totalidad, dándose por terminada tal y como hoy la conocemos.

En una maqueta del templo proyectado podemos ver como pudo ser el edificio de haberse completado y construido tal como se había diseñado.

Alfonso XII colocó la primera piedra

Las obras se iniciaron en 1907, colocándose la primera piedra el 4 de agosto de aquel año, con gran pompa.

A las nueve y media de la mañana se iniciaron los preparativos, acudiendo los religiosos en procesión al Campo de las Brígidas (solar del antiguo convento), donde se llevaría a cabo la ceremonia. A esa hora el día se presentaba bastante caluroso.

A las diez las tropas se apostaron en las calles Prado y La Estación (Dato), preparando la llegada del rey Alfonso XIII, el invitado mas importante. La Guardia Civil recorrió el trayecto del desfile de autoridades previsto, inspeccionando el recorrido.

En la estación del tren de Vitoria, a las diez y media de la mañana, recibieron al Rey Alfonso XIII innumerables autoridades civiles y militares junto al obispo. Entre los presentes se encontraban el Ayuntamiento en pleno, la Diputación Foral de Álava y las corporaciones forales de Gipuzkoa y Bizkaia. El Rey vino acompañado de la reina María Victoria, la reina madre María Cristina y el infante de Genaro.

Tras los saludos de rigor, desde la estación treinta carruajes “dirigidos por engalanados lacayos” transportaron al cortejo de autoridades hasta la Campa de las Brígidas, pasando por las calles de La Estación (Dato), Postas y Prado, sobre un firme en el que se expandió arena.

Se produjo un incidente de protocolo respecto al orden a establecer en el desfile. El presidente de la Audiencia entendió que esta debía ir en la comitiva por delante de los representantes de las Diputaciones Forales, opinión que estos no compartían. Se entabló una discusión al respecto y el Gobernador Civil lo resolvió decretando que fuera la Audiencia quien fuese en el desfile antes que las autoridades de los territorios vascos, manifestando estas su enérgica protesta, que no sirvió para nada. Así mismo al poco de iniciarse la marcha en la calle de La Estación (Dato), una persona dio varios gritos en favor de la república, añadiendo a sus manifestaciones un ¡Abajo los explotadores!, siendo detenido inmediatamente por dos inspectores de policía.

La caravana pasó bajo un arco colocado en honor de los monarcas y cerca de las once de la mañana el cortejo llegó al lugar de colocación de la primera piedra, donde se encontraba bastante público, que aguantó un calor agobiante. Una veintena de soldados, de los allí presentes para realizar el desfile posterior, sufrieron desvanecimientos por esta causa y tuvieron que ser reanimados.

Los reyes, junto con las autoridades y los arquitectos Apraiz y Luque, autores del proyecto, firmaron ante el notario Francisco Ayala el acta de colocación de la primera piedra, que fue situada en su alojamiento. Procedía de las canteras de Fontetxa (Alava), figurando en una de las caras un cruz. Los arquitectos ofrecieron al rey una paleta con mortero y “el rey y la reina apoyaron en la piedra las manos y esta fue bajada suavemente al hoyo”. Seguidamente oficio la misa el Arzobispo de Sevilla Almáraz.

La reina Victoria ordenó que no se sacaran fotos de su tribuna durante la ceremonia, por lo que uno de los reporteros gráficos que filmaba una película, fue conminado a extraer de la cámara la cinta y destruirla.

Finalizado el acto se desarrolló un desfile militar, tras el cual los reyes visitaron e inauguraron el Asilo Provincial Santa María de las Nieves, situado en la calle Nieves Cano, edificio destinado hoy a Biblioteca Koldo Mitxelena de la UPV. Tras esa visita se trasladaron al Ayuntamiento donde hubo una recepción oficial, y después a la Diputación, en la que sus majestades fueron recibidas por el Presidente Eduardo Velasco, quien ofreció su brazo a la reina Victoria para acceder al Palacio Provincial. En la escalinata de acceso al edificio se colocaron los miñones.

En ese palacio se celebró el correspondiente banquete con la asistencia de 25 personas, destacando la prensa que tras los postres varios de los comensales se “fumaron unos largos vegueros”.

Las obras del templo se interrumpieron en 1914, y tuvieron que pasar 32 años para ser reanudadas en febrero de 1946, bajo la dirección del arquitecto Miguel de Apraiz, que tomó el relevo a su padre Julián.

En la imagen que va a continuación vemos a los primeros arquitectos directores Apraiz y Luque, suspendidos en el aire inspeccionando la obra en 1912.

En la siguiente fotografía se ve como se encontraba la edificación en 1925, cuando las obras estaban paradas, observándose como fondo la calle Prado.

Unos años después, concretamente el 4 de agosto de 1957, coincidiendo con el 50 aniversario de la colocación de la primera piedra, se realizó una jornada de puertas abiertas al objeto de que los ciudadanos pudieran observar la marcha de la construcción de la Catedral. La visita fue precursora del actual “abierto por obras” de la Catedral Vieja, pero solo por un día.

En la imagen siguiente vemos desde la calle Prado, hasta donde había avanzado la edificación en el año 1959.

Terminadas las obras, el templo se inauguró el 24 septiembre de 1969, tras 62 años transcurridos desde su inicio.

E. Enciso, en un artículo publicado en el diario Norte Expres titulado “La Nueva Catedral se apellida Apraiz”, destacó la figura del arquitecto director, señalando lo siguiente: “Mas de 28 años día tras día, en invierno y en verano, Miguel de Apraiz ha pasado largas horas en su estudio entre cálculos y planos, ha acudido a las obras, ha subido a los andamios, ha comprobado materiales y detalles. La catedral llegó a ser como algo consustancial a su persona. Sus piedras le son tan connaturales como sus huesos.”

El NO-DO (Noticiarios y Documentales) fue un noticiero ofrecido por el régimen de Franco, en el que entre otras cosas se exaltaba todo lo relacionado con las “virtudes y realizaciones” del régimen. Su proyección fue obligatoria en todas las salas de cine desde enero de 1943 a enero de 1976, debiendo de proyectarse antes de exhibirse la película programada.

Era habitual que se incluyera en muchos NO-DOs la figura del “Generalísimo” por lo que fueron muchas sus apariciones en inauguraciones, principalmente de pantanos.

Ahora en algunas comidas o cenas al tomar el primer trago de vino, algunos rememoran jocosamente aquellas inauguraciones de Franco, soltando la frase “queda inaugurado este pantano”.

La Inauguración de la Nueva Catedral de Vitoria contó, como no podía ser de otra forma, con la presencia de Franco y el noticiario en cuestión dio cuenta del acontecimiento.

Dando clic en el enlace que ofrecemos a continuación (http://rtve.es/v/1483064podemos ver parte de los actos celebrados. Las imágenes sobre este evento ocupan el primer lugar en el vídeo en el apartado “informaciones” y duran dos minutos y medio.

Vemos en la cinta que el dictador fue recibido en la Plaza de la Provincia, donde paso revista a las tropas allí presentes, dirigiendo posteriormente unas palabras desde el balcón de la Diputación Foral. Apostados en el balcón podemos ver con sus cámaras a los fotógrafos de prensa Antonio Guallar y Gregorio Querejazu, recogiendo imágenes del acto. El primero para el diario Norte Expres y el segundo para El Correo y su estudio fotográfico Arque, en el que que trabajaba junto a su socio Fede Arocena.

En las imágenes posteriores, ya en el templo, aparece la inauguración de la Catedral propiamente dicha. Si nos fijamos, veremos en la película el escudo de España que hay en el templo, tallado en piedra con el yugo y las flechas de la Falange y el águila imperial. Talla que sigue existiendo hoy día, tal como se colocó entonces.

 
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