Puigdemont se despide como alcalde
El nuevo president de la Generalitat ha dejado de ser alcalde de Girona en un pleno multitudinario. Carles Puigdemont ha señalado que no podía negarse al ofrecimiento que se le hizo y vaticinó una "Cataluña del futuro" con una "fuerte huella municipalista"
Girona
Ha sido un pleno que ha durado poco más de una hora. Carles Puigdemont ha comenzado su discurso diciendo que todo lo que ha pasado las últimas horas "no estaba previsto" pero recalcó -como ya hizo en el debate de investidura en el Parlamento- que no se podía negar para quedarse en "la zona de confort".
El presidente número 130 de la Generalitat no se ha olvidado de sus orígenes y ha querido dejar claro que, en la Cataluña del futuro, "la huella del municipalismo será fuerte, reconocible e imprescindible para ejercer según qué responsabilidades".
Puigdemont ha hecho un balance de 4 años largo de gobierno con pinceladas. Dijo que, en el futuro, las decisiones del Ayuntamiento deben seguir teniendo muy presente los más de 6.000 parados que todavía hay en la ciudad y también ha destacado la apertura del Ayuntamiento en los últimos años, los presupuestos participados y la apuesta por la cultura.
El alcalde saliente ha reivindicado el estilo de hacer política de comarcas, recalcando que, en las distancias cortas, no hay división entre los políticos por mucho que defiendan ideologías contrapuestas; "nada nos impide ir a cenar juntos ni compartir grupos de Wattsapp".
El pleno ha comenzado con los discursos de los portavoces de los diferentes partidos empezando por el de Ciudadanos, Jean Castel, que también deja el acta de concejal porque ha sido elegido diputado en el Parlamento. Castel, que ha tuteado Puigdemont (como todos salvo la portavoz del PSC, Silvia Paneque), le ha pedido que esté "a la altura de los anteriores presidentes de Amer" y que no se olvide que gobernará "para todos los catalanes ".
La portavoz del PP, Concepción Veray, la felicitó recordando "la relación de amistad" que mantienen pero le ha dicho que, en el plano político, seguirán discrepando y le ha echado en cara que su perfil marcadamente independentista ha jugado en contra de Girona en muchos momentos. También le ha pedido que no se olvide de todos los asuntos "pendientes" que tiene la ciudad.
Silvia Paneque (PSC), también la felicitó en su nombre y del partido y dijo que la situación es "de excepcionalidad" absoluta. Paneque ha criticado que el "furor nacionalista" de Puigdemont ha hecho olvidar los problemas que afectan a la ciudad y ha citado, por delante de todo, el paro. También le ha criticado la parálisis en todo lo relacionado con el nuevo Hospital Josep Trueta pero le ha reconocido el avance en la concepción de la nueva Devesa y en la proyección turística de los últimos años.
La cabeza de lista de la CUP, Laia Pèlach, ha agradecido "el paso adelante" hecho por Puigdemont y dijo que "perdemos un alcalde" pero "tenemos un presidente que nos ha de llevar a la República catalana". Pèlach ha reconocido que el modelo de ciudad que defiende la CUP y el de CDC no tienen nada que ver pero sí han coincidido en el eje nacional.
Maria Mercè Roca (ERC) ha elogiado Puigdemont por su discurso de investidura "riguroso pero también ágil" y dijo que se ponen "totalmente a su disposición" y lo remachó con un "con usted iremos hacia la independencia".
Finalmente, Carles Ribas (CDC), ha reconocido que los concejales del equipo de gobierno ayer vivieron una sensación muy extraña; "cuando lo veíamos allí al Parlament, todos queríamos pero nos dolía". Ribas ha destacado que es la "persona adecuada" para asumir el reto y dijo que los concejales ha sido "un orgullo" compartir 5 años de gobierno.
Puigdemont ha renunciado al cargo en una sala de plenos llena a rebosar y cargada de caras conocidas como los consejeros Santi Vila, Irene Rigau, Meritxell Borràs; el presidente de la Diputación, Pedro Villa o el rector de la UdG, Sergi Bonet, entre muchos otros.