Acabar con las chabolas, una urgencia social ineludible

A Coruña

A Coruña es una de las pocas ciudades de su tamaño que mantiene asentamientos chabolistas en su ámbito urbano. Tras la desaparición de la vergüenza de Penamoa, monstruo creado por el propio Ayuntamiento a finales de los ochenta, la Conservera, As Rañas y O Campanario siguen siendo el vestigio de la desigualdad, del tercer mundo dentro del primero, en una ciudad que se enorgullece de su tradición progresista garante de los servicios públicos. Como hacen los niños tapándose los ojos y diciendo "no estoy" los sucesivos gobiernos locales desde el vazquismo les alejaron para olvidarlos y luego han creado otros guetos como A Raposeira, en Culleredo, donde tampoco se les ve. El gobierno de la Marea ha terminado su plan de erradicación del chabolismo que presentará en los propios asentamientos con la firma de un compromiso de derechos y deberes. Con un seguimiento esperemos que real y sistemático porque, hasta el momento, la vigilancia de sus itinerarios de inserción no ha sido la más adecuada. Son más de 500 personas, muchas niñas y niños, las que necesitan ayuda para encontrar una alternativa de vida. Debería ser la prioridad de cualquier gobierno local para preservar los derechos de las personas y, si queremos ser simplemente egoístas, para que nuestros hijos no hereden semejante vergüenza. Para que las niñas y niños que allí habitan, y sus familias, tengan una vida distinta.

Arquitectos sin fronteras lleva muchos años trabajando en los asentamientos precarios de A Coruña. Este reportaje, Pedra papel, nos permite conocer mejor a los vecinos que tenemos ahí abajo, por debajo del Puente da Pasaxe.