Qué manera de sufrir

Valencia

Mucho miedo a perder, atenazado por el pánico a la derrota y por los nervios que brotan desde cada asiento de las gradas de Orriols.

Así ganó el Levante su primera final ante el Rayo y también salió victorioso del segundo match-ball ante Las Palmas con golaveraje incluido tras el infumable empate sin goles en el Gran Canaria.

Del delirio del tanto de Deyverson a la angustia por otro inexplicable regalo defensivo, del grito del tercero de Morales al castañeo de dientes por la monumental pifia entre Feddal y Mariño. Imposible pestañear y salir del estadio con todas las uñas.

Este Levante sigue latiendo, se resiste a perder la categoría y flota sobre la superficie de Primera, a pesar de tener graves desperfectos en el casco y en la cubierta.

Rubi va de frente y sin rodeos. Dos meses esperando que aparezcan por el vestuario algunas caras nuevas y de salida Mauricio Cuero y Giuseppe Rossi al banquillo. Una autentica temeridad por lo que significa para la entidad y un mensaje directo para el vestuario.

Me preocupa más lo del colombiano que lo de 'Pepito' que solo se reduce a una puesta a punto para que ofrezca todas sus prestaciones en ataque, como el destello con el que puso en pie al Ciutat. Bendita calidad.

Ahora bien, si Jordi Xumetra, que lleva tres temporadas peleado con el balón, es la mejor solución que el técnico encuentra en el momento más importante de la temporada y después de pagar 3,2 millones de euros por Mauricio Cuero. ''Houston, Houston, tenemos un problema''.

Además, si Rubi acto seguido muestra su malestar de forma pública con la espantada de Christian Atsu al Málaga e insiste en la contratación de un jugador de su perfil, cuando la prioridad es el fichaje de un central, nos está enseñando de forma velada las carencias tácticas que tiene el colombiano para gozar de titularidad.

Nos quedan 17 jornadas con emociones muy fuertes y 6 días de mercado invernal con entradas y salidas. Abróchense los cinturones que vienen curvas.

PD. El cable 'pelao' de Deyverson sigue pegando chispazos para la bueno y para lo malo. El domingo en el Sánchez Pizjuán será el tercer partido que se perderá por sanción. Segunda expulsión por amarillas absurdas. Rubi está desesperado.