El largo camino de Daniela

Córdoba

Daniela tiene 8 años y medio y unos preciosos ojos azules que iluminan todo el salón. No nos quiere decir nada, pero sonríe y abraza a sus padres mientras hablamos de ella. El 23 de junio de 2013, un terremoto tambaleó la vida de Silvia y Jorge, un joven matrimonio de Algeciras que ya tenía a una pequeña de ocho años, Andrea, y a su pequeña Daniela, entonces con 5. Leucemia, una palabra, un diagnóstico, frío y tan perturbador que les costó creer.

Jorge ahora lo cuenta con la fuerza que le da estar en una familia unida aunque separada en el espacio, su hija mayor y su entorno en Algeciras, y desde el pasado mayo los tres en Córdoba. “Cuando te lo dicen no lo quieres creer, piensas que es una equivocación, pero empiezas a pasar más y más tiempo en el hospital y te das cuenta del largo camino que queda por delante”.

No es la primera vez que están aquí. Daniela ha tenido hasta 4 trasplantes de médula. El primero de cordón umbilical, después de su madre, de su padre, y ahora, y esperando que sea el definitivo, de su hermana mayor, de 11 años. Silvia, mientras acaricia a la pequeña Daniela nos confirma que “Somos muy optimistas. Este trasplante va a ser el que la va a curar, o eso es lo que yo creo como madre. Aunque aún nos quede mucho por caminar. Mi intuición me dice eso”.

Jorge, Silvia y Daniela nos reciben en el piso que les ha facilitado la Asociación Española contra el Cáncer. No es la primera vez que los acogen, aunque ellos esperan que sea la última. Hoy la pequeña se siente bien, responde al tratamiento. “Ella va con su curso y saca unas notas estupendas”, nos cuenta Silvia, que precisa que un maestro viene a casa para que ella pueda seguir. Y por supuesto, le encanta dibujar o leer.

Un camino difícil

Esta familia ha tenido que padecer unos traslados en Córdoba que han podido salvar porque la empresa de Jorge lo ha arropado facilitándose días y permisos remunerados que le permiten contar con recursos para afrontar esta situación. “Tengo que agradecerle a mi empresa y a mis compañeros que me hayan apoyado en todo este tiempo”, afirma Jorge mientras conversamos de estos más de tres años de “reto”.

Ampliar

Un reto que ha hecho que tengan que explicar a la pequeña Daniela qué le sucede, conseguir un círculo de confianza en Córdoba, que les ha puesto a prueba como pareja, “porque esta enfermedad te pone al límite”, explica Silvia.

 Pero su optimismo y fuerza es desbordante. Sólo hay que verlos en casa tras todo este tiempo. Sólo tienen palabras de agradecimiento para quienes ya son sus ámigos de Córdoba, también para el personal del hospital Reina Sofía. Pero sí que han echado en falta recursos como grupos de apoyo para las familias, o psicólogos “porque al menos yo en el hospital no los he visto”

 Y nos vamos de la casa provisional de Jorge, Silvia y Daniela impregnados de su positividad y con la sensación de que todo saldrá bien. Y de que cuando recorran este camino hablaremos con ellos ya en su hogar.