"Apaga y vamonos" con Romualdo López

Murcia

Anoche estuve viendo una peli. Se llama La Chica Danesa. Está despertando mucha atención e incluso cuenta con cuatro nominaciones a los Oscar. Desde la perspectiva del drama con tintes de romanticismo, su director Tom Hooper, conocido por Los miserables o El discurso del rey, adapta una novela homónima que cuenta la aventura vital de Lili Elbe, una mujer que nació con sexo másculino y que pasó a la historia como la primera persona conocida en someterse a una operación de cambio de sexo. En su periplo personal hay que destacar también el papel de su esposa Gerda Wegner. Ambas eran artistas pictóricas y precisamente esa interacción narrativa entre el arte, su relación amorosa y las verdades que van aflorando a lo largo del desarrollo argumental conforma el eje de la película.

Esto fue hace más de 80 años, en una Europa obviamente distinta a la actual, con lo que creo que es interesante echar un vistazo a la relación que mantenemos en el 2016 con esta condición y cómo se trabaja su visibilidad a través del arte y la cultura popular. Y es que conceptos como visibilidad y normalización son fundamentales para aceptar como sociedad la inclusión natural de las personas transgénero o transexuales con las que convivimos a diario. Es una realidad personal, que desde diferentes colectivos luchan para deje de ser considerada como una enfermedad, pero que irremediablemente conlleva ciertas patologías que deben ser tratadas por especialistas con tanta delicadeza como profesionalidad en el diagnóstico. Escuchemos a los que saben y perdamos el miedo a lo diferente, el debate va a surgir de todos modos.

Existe un premiado estudio de la Unidad de Trastorno de Identidad de Género del Hospital Universitario Ramón y Cajal. En las conclusiones del mismo se da a conocer que «la población estudiada al inicio del tratamiento hormonal no tiene una psicopatología mayor que la población general y además pueden considerarse más felices». Este campo es uno de los más emergentes dentro de la medicina y de estas conclusiones podemos entender que la población transexual no es ni más ni menos feliz que el resto, algo llamativo, que contradice otros datos preocupantes sobre depresión e incluso suicidio y que contribuye a despojar del estigma a los actores de este tipo de procesos.

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¿Y cuál puede ser el papel del cine o de la música en este asunto? Yo lo tengo claro, vivimos en una cultura audiovisual, somos humanos multimedia y las ficciones televisivas y cinematográficas, así como la música, son el soporte más potente para un mensaje de normalización. Bien empleadas, eso sí, porque vincular, una vez más, la transexualidad al espectáculo de variedades o a la marginalidad puede ser contraproducente. Hay ejemplos negativos al respecto, pero me quedaré con los positivos. Recomiendo Transparent encarecidamente, una muy buena serie en clave de comedia irónica sobre la decisión de un padre de familia entrando en la tercera edad de dar rienda suelta a su necesidad de ser mujer. Un gran trabajo actoral el de esta divertida serie, encabezada por un enorme Jeffrey Tambor. Saliéndonos del terreno de la ficción, y adentrándonos en el del punk rock, nos encontramos con el caso de Laura Jane Grace, cantante de los conocidos Against Me! y en los últimos años, activista de la normalización y habitual de documentales, entrevistas y reportajes televisivos en los que explica y muestra, incluso junto a su mujer, como es el día a día de una persona de su condición.

Para terminar, nuestra recomendación semanal. Os voy a dejar con Hurray for the Riff Raff una banda de gente bastante joven que se mueven dentro de un estilo a veces tan anquilosado en cuestiones de género como es el de la música tradicional americana. La cantante es una reconocida lesbiana y activista de los derechos de la mujer y cuentan además con un chico transgénero en la banda. Están aprovechando su éxito, entre otras cosas, para lanzar un mensaje integrador a través de la música. Otra vez las canciones como vehículo de tolerancia.

Feliz fin de semana.

Romualdo López