‘Carta a Theo Vargas’

Algeciras

Estimado Theo Vargas:

Ya me sorprendió tu reacción cuando el Algeciras jugó contra tu Cádiz de tu alma en la primera vuelta, pero preferí pensar que habrías tenido un mal día y que la fiebre amarilla te habría afectado de manera transitoria. Esperé tu mejoría hasta hace un par de domingos cuando nos visitaste con los tuyos y, lejos de suavizar cualquier malentendido, volviste a la carga insultando de manera despectiva no sólo al Algeciras Club de Fútbol sino a todos los algecireños.

Cuando hablaste jocosamente de tu pueblo me vinieron a la mente aquellas noches en las que realizabas el programa deportivo de la SER en Algeciras, en esa época en la que muchos, como yo, nos acercábamos a la sede de la Plaza Alta para ser entrevistados por ti.

Compartías plantilla con Rafael Piñero, Pepe Ojeda o Maribel Solís, por citar algunos referentes de esta santa casa, y la cosa debería estar cortita en Cádiz porque se hicieron con tus servicios y, según puedo comprobar, cambiaste de ciudad y de partida de nacimiento.

Mi madre decía que el que no quiere a su Tierra no quiere a nadie. Y en cierto modo es verdad, querido Theo Vargas, el que escupe sobre sus raíces termina por no querer a nadie.

Querer a tu Cádiz de tu alma, que es el club que te da de comer, y respetar a tu Tierra no es incompatible, pero de un burro no puede sacarse un caballo de carreras.

Yo te sigo recordando con el mismo cariño que siempre te he tenido, bajito, rechoncho, feote y de dicción distraída, pero te confieso que como hijo de La Bajadilla llegué a sentirme orgulloso de tenerte entre los nuestros cuando hablabas desde Cádiz para el carrusel deportivo.

Observo, con mucha pena, que el paso del tiempo no ha sido justo contigo y prefiero seguir pensando que tuviste algún tipo de trauma infantil en nuestra Algeciras y que tus complejos te llevan a pensar que eres de capital, aunque todos sabemos, Theo, que ya no eres de ningún sitio.