Sociedad
Juan Luís M. Retamino

‘Ni minusválido, ni por la puerta de atrás’

Firma Juan Luis M. Retamino 'Ni minusválido, ni por la puerta de atrás'

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Como hay que ser políticamente correctos antes que correctamente políticos, se ha impuesto el lenguaje dualista que obliga a mencionar a ambos géneros (masculino y femenino) que no a ambos sexos en cualquier discurso público. La culpa de esta forma de hablar tan ridícula la tiene Ibarreche, que es la leche, cuando decía aquello de vascos y vascas. Y esta manera de expresarse, tediosa a veces, se ha extendido a todos los campos y campas. Y de esta forma nos olvidamos de un sector importante de la sociedad que sufre más y peor marginación en la vida diaria. Yo comprendo que el lobby feminista tiene bastante fuerza y ha conseguido que se hable con mención expresa de ellas, las mujeres en todo momento. Vale, que así sea. Amén

Pero ¿qué me dicen ustedes de las personas que sufren discapacidad?. Siguen siendo las grandes olvidadas, no ya por la ciudadanía, sino por las instituciones, las gobiernen quienes las gobiernen, sean podemitas, comunistas (¡ah, pero ¿existen?) socialistas o populares. Siguen olvidando a las personas con movilidad reducida o a las que sufren algún tipo de discapacidad. Y no lo digo solo porque el diseño urbanístico de las ciudades no está del todo pensado para ellas. La solución no es sólo poner una rampa donde hay un escalón. O poner ascensores o reservas plazas de aparcamiento para esas personas (que no para sus parientes y allegados que se aprovechan abusivamente). No se trata de eso, que también. Me refiero a ser respetuosos con esas personas. Por si alguien no lo sabe, tienen dignidad, y más que muchos que presumen de no tener discapacidad alguna (con lo que evidencian que tienen una muy grande que es la soberbia o la altanería). Se trata de que por ejemplo, no haya carteles como el que hay en la puerta del ambulatorio Menéndez Tolosa de Algeciras, señalando que “el acceso a minusválidos… tienen la entrada por la puerta de urgencias”. Hoy día el término minusválido es peyorativo por falso. Una persona con diversidad funcional no es minusválida y es capaz de hacer otras y mejores cosas que quienes se proclaman “válidos”. Es minusválida en su peor acepción de la palabra, quien escribe esos carteles. Es minusválida quien pone en los carteles prohibido aparcar excepto minusválidos. Es minusválido quien ordena que el acceso al edificio del ayuntamiento viejo de Algeciras de la calle Ancha, de las personas con discapacidad se haga por la puerta de atrás.

Ya está bien. Las personas con discapacidad no son minusválidas y tienen derecho a que se les trate en el lenguaje con respeto y dignidad. Y tienen derecho a acceder a los edificios públicos por donde entra las demás personas, no por la puerta de atrás ni por la de urgencia.

 
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