“FGV rechazó medidas de seguridad que hubieran evitado el accidente"

Valencia

Medidas de seguridad relativamente sencillas, y rechazadas por la dirección de FGV, hubieran podido evitar el accidente o disminuir sus consecuencias. Es lo que ha asegurado hoy el ex secretario general del SIF y ex maquinista de Metro Valencia, Jorge Álvarez, en su comparecencia en la comisión de investigación del accidente de metro.

Por ejemplo, el hecho de las ventanas se sellaran con plásticos protectores en lugar de blindarlas, provocó que tras el impacto, los cristales se enrollaran, y los pasajeros fueran absorbidos por la vía.

Jorge Álvarez insiste que en accidentes de similares características en otros puntos de España no se ha dado una siniestralidad tan elevada, porque los cristales, aguantaron. En el caso de Valencia, 43 personas fallecieron y otras 47 resultaron heridas. 

Respecto a las presiones para evitar más investigación Álvarez señala que no hacían falta, porque todo el mundo quería pasar página cuánto antes. Pero añade también que algunos silencios, fueron premiados con ascensos.

"Más interés por ocultar que por saber"

Por su parte, Arturo Rocher, el jefe seguridad de Metrovalencia en el momento del accidente de 2006, ha denunciado  que se presionó y adoctrinó al personal de Ferrocarril de la Generalitat   e incluso se les metió "miedo" ante las comparecencia que debían hacer en la comisión parlamentaria de ese año.

Durante su intervención en la comisión de Les Corts  ha asegurado que hubo dos reuniones con responsables de la consultora HM&Sanchis en las que lo primero que se les dio fue un documento con lo que tenían que decir y lo que estaba prohibido.

Ha considerado que en FGV había "más interés por ocultar que por saber" la verdad sobre el accidente, y ha destacado que durante la custodia del vagón siniestrado se detectaron intrusiones nocturnas "extrañas" de trabajadores de la empresa al tren.

Ha afirmado que trasladó esta información a su superior directo, Manuel Sansano, y que éste le dijo que no se preocupara que era algo "normal".

Además, ha agregado que poco después de esas intrusiones, que le fueron comunicadas por el responsable de seguridad, oyó una conversación entre la entonces gerente de FGV Marisa Gracia y Vicente Contreras, en la que éste le decía que el tema del libro de averías "estaba solucionado".

Ha afirmado que no se les dio ninguna instrucción sobre la custodia del vagón accidentado y que "no había preocupación de lo que pudiera ocurrir con la unidad".

No perjudicar a la empresa

Por su parte, el que fuera jefe de estación de Valencia Sud en el momento en que se produjo el accidente, Juan García, ha reconocido que recibió una carta de la dirección de FGV en la que se le pedía que evitara mostrar opiniones que pudieran perjudicar a la empresa. 

La carta, firmada por la entonces gerente de FGV, Marisa Gracia, le fue entregada por un mando intermedio, del que no ha querido dar su nombre, que le dijo que se la daban para que tuviera "cuidado" con lo que decía o podía decir al respecto.

García ha leído la misiva recibida durante su comparecencia en la comisión. En esa carta se destacaba "la grandeza" de los trabajadores de FGV, se reconoce que hay que revisar los factores que han podido incidir en el accidente, y se añade que hay que "evitar cualquier opinión que pueda llevar a infundir conclusiones erróneas acerca de la empresa".