El pintor Amárica y su casa de la calle Dato

Vitoria

LA CASA DEL PINTOR

Una fotografía de José María Parra obtenida en 1958 nos presenta la imagen de una casa de dos plantas que perteneció al pintor Fernando de Amárica (1866-19569). Este edificio estuvo situado en la esquina de las Calles Dato y Florida, frente al actual Instituto Nacional de Previsión. Disponía de un extenso terreno de 4.000 m2. con fachada a las citadas calles y también a la calle Manuel Iradier. Una tapia de piedra separaba la parcela de las tres calles.

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La casa fue construida en 1851, cuando aún no existía la calle de La Estación, hoy calle Dato. Venancio del Val nos especifica algunos detalles de la finca: “No era al ser construida mas que una casa de campo, al final de un sinuoso camino viejo del Arca y la calle Florida. Llamaba la atención su anejo selvático bosque de gran amplitud, que dejaba ver los vistosos pavos reales que se asomaban a las verjas de sus puertas. Al morir D. Fernando pasó la finca a la Fundación benéfica por él instituida, la cual la enajenó para el cumplimiento de las atenciones de la misma en favor de estudiantes y ancianos.”

En octubre de 1958, dos años después de la muerte del pintor, desapareció el bosque señalado por Venancio y fueron talados a matarrasa los árboles existentes. Así lo reflejan las fotografías de José María Parra obtenidas en aquel año. Comparando el tamaño de las personas que aparecen en las imágenes con los árboles, vemos que éstos eran de grandes dimensiones.

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El terreno resultante, libre de vegetación arbórea fue usado posteriormente como lugar de expansión y de recreo.

En la foto obtenida por Arqué en 1963 podemos ver al fondo la fachada interior o posterior de la casa del pintor, y cómo sobre el terreno convertido en un jardín, se celebra un concurso de pintura al aire libre para jóvenes.

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En 1975 el edificio fue derribado y desapareció. En el lugar se construyó una manzana de viviendas, que es lo que hoy conocemos.

PINCELADAS DE VIDA ARTÍSTICA

Fernando de Amárica fue y es un pintor muy reconocido en el Estado. De la página de la fundación que lleva su nombre, http://www.fundacionamarica.com, hemos extraído algunos datos interesantes sobre el artista: “En 1895 permanece varios meses en el Circulo de Bellas Artes de Roma. En 1898 permanecerá varios meses pintando en el estudio de Sorolla. En 1900 acude a la Academia Delecluce de París donde dibuja el desnudo y estudia a los impresionistas. Participa en el Salón de París en los años 1903 y 1905. En 1908 participa en la capital francesa en el Salón de la Société Nationale de Beaux Arts, donde un cuadro suyo es adquirido para una colección de Nueva York. En 1923 celebró su Exposición Personal en Madrid. Fue un éxito rotundo. Dos cuadros suyos ingresaron en el Museo de Arte Moderno: ‘Tarde de septiembre a orillas del Zadorra’ y ‘La Vega de Quel en Abril’. Esta exposición marcó un hito en su carrera y el comienzo de su consagración y reconocimiento entre la élite de los grandes pintores españoles.”

En lo que a nuestra tierra se refiere son muy interesantes sus obras referidas a Vitoria y al paisaje alavés, y sus óleos en los que plasma la costa vasca y los valles y montañas de Euskadi.

En la segunda planta del Museo de Bellas Artes de Álava, podemos ver en tres salas una parte importante de su obra, que pertenece a la Fundación Fernando de Amárica, que es quien gestiona su legado.

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Allí podemos contemplar entre otros cuadros los siguientes: ‘La Goba de Ilarduya’ (1919), ‘La Presa del Puente de Lapuebla de Arganzón’ (1910), ‘El sol da resplandores a los lugares humildes’ - Antoñana (1944), ‘La ciudad con sol’ – Vitoria (1905), ‘La ciudad con lluvia’ – Vitoria (1906), ‘El sol poniente de la Sierra de Urbasa’ (1947) y ‘Labastida al sol poniente’ – Otoño (1924). A continuación mostramos ese último cuadro.

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Otra de sus obras ‘El Zadorra atraviesa Badaia’ tiene dos versiones (1898 y 1903), que corresponden al mismo paisaje en diferentes estaciones del año. El dibujo de ambas es casi exacto, hasta en los mínimos detalles.

El de 1898, que es el que está expuesto en el museo, da una sensación de profundidad observando el original con detenimiento. Da la impresión de ser una reproducción en tres dimensiones.

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Les invitamos a que visiten esta muestra permanente de uno de nuestros mejores pintores.

UNA CURIOSA ESQUELA

En la esquela publicada tras su fallecimiento aparecen dos curiosidades. No figura como pintor sino como abogado, profesión que al parecer no llegó a ejercer y por otra parte muestra el nombre de una persona -Victoria Arana Crespo- que no era familiar suyo y que pudo ser una mujer muy allegada y apreciada por el pintor.

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Hemos utilizado en este artículo imágenes del Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz y de la Fundación Fernando de Amárica, a quienes mostramos nuestro reconocimiento.