Tic, tac... El tiempo corre

Mérida

El tiempo corre. Ya hay fecha de investidura. El 2 de marzo, y fecha de nuevas elecciones, el 26 de junio. Podemos presiona con el referéndum olvidándose de las personas. Sabe que ha comenzado el juego, sabe cuáles son los riesgos. PSOE y Ciudanos comienzan a compartir el mismo lenguaje. El PP, descortés, recibe presiones de los suyos para que se abstengan en favor del PSOE. Siguen considerando a Podemos el gran enemigo. Menudo lío. Parece ser que casi todos los candidatos han perdido su rol primario que ostentaban al comienzo de las elecciones.

Mientras tanto, la vida sigue, mientras tanto el desempleo , las migraciones, o la tasa de probreza, siguen creciendo. Y es que dentro de este ovillo de lana que suponen estos nuevos casamientos los políticos siguen sin darse cuenta que los ciudadanos no quieren nuevas elecciones. No quieren mayorías absolutas, si no que quieren lo bueno de cada uno de los partidos y el consenso entre las partes.

Los ciudadanos quieren reeducar a los políticos, pero ellos no lo peciben así. Por lo tanto es posible que volvamos a nuevos comicios sin reconocer que de ellos dependía tanto el cambio como el fracaso político de este país. Si ellos no saben obviar cuál es el papel que les ha otorgado la ciudadanía quizás sea mejor asumir el fracaso y optar por otros representantes cuya virtud sea estar capacitado para tomar las riendas de este país. El problema surge ante la pregunta: ¿Existen personas capacitadas para ejercer el rol del político, gestor de los intereses ciudadanos, en los partidos actuales?