El Mayo del 68
Javier Bardají, analista financiero y codirector de Bardají & Asociados, aborda los presupuestos regionales en trámite parlamentario y en el marco político de posibles acuerdos
Javier Barbagil
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Badajoz
Una pintada que pasó a la historia en el “idolatrado” mayo parisino del 68 fue aquella que decía “sed realistas, pedid lo imposible”. Sintetizaba, y eso es sintetizar y no lo que se hace hoy en Twitter, todo un espíritu reivindicativo con el que aspirar a romper muchos privilegios de la burguesía capitalista francesa, reclamando el “cielo”, con la esperanza de conseguir, al menos, más derechos en la “tierra”.
Algo parecido a lo que hace casi cincuenta años pedían los estudiantes que salieron a las calles de París, es lo que ahora, en Mérida y Madrid, está pidiendo Podemos: aquí exigiendo una política fiscal imposible de asumir y en Madrid aferrándose -entre otras disparatadas demandas- a un referéndum secesionista que le invalida como socio de Gobierno.
Por pedir el cielo, Podemos no va a conseguir ni unos presupuestos muy escorados a la izquierda en Extremadura (que los hubiera podido conseguir) ni un Gobierno de “progreso” en Madrid (que lo tenía claramente a su alcance). Vara aprobará, más pronto que tarde, sus primeros presupuestos con apoyos puntuales del PP y C’s y solo contarán con alguna concesión al partido de Iglesias.
Las políticas, antes que nada, tienen que ser realistas. Tratar de incrementar exponencialmente el gasto sin apenas margen para hacer lo propio con los ingresos, es un verdadero disparate que generaría más deuda y más déficit, agravando los problemas actuales.
Unos presupuestos con el apoyo -de una u otra manera- de PP y C’s es una magnífica noticia para Extremadura. Podemos está en la conquista del cielo, los demás nos conformamos con un futuro mejor, con que se cree empleo y con que nadie tenga que intervenirnos porque nuestras cuentas se desboquen. Ahora toca explicarlo bien. Ni unos nos van a ofrecer el “cielo” ni los demás preferimos el infierno.