La nieve caída ni ayuda ni perjudica a los cerezos

Plasencia

Los cerezos del Valle del Jerte, al menos los de sus cotas más altas, amanecían el pasado fin de semana con un manto blanco de nieve, a la espera que a finales del mes de marzo se cubran del blanco amarillento de los pétalos de las flores del cerezo.

Una nevada que no es inusual en esta época del año en el Valle del Jerte, pero que es la primera del invierno y cuando los cerezos han tenido unos días de temperaturas altas antes de la vuelta del frío, en algunos casos, comenzaban a abandonar el estado de hibernación.

El presidente de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, Ignacio Montes, destacaba a la cadena SER que pese a lo tardío de la nevada, "de momento no sabemos, pero mal no le viene” a los árboles que continúan en“reposo”. Es decir, que todavía “no ha empezado a subir la savia” a las ramas para producir la hoja y las flores.

Una consecuencia de la vuelta del frío sería que “se retrase un poquito la floración” según Montero, pero que al final entre el calor de los meses de diciembre y enero y el frio de febrero la floración quedará, más o menos “como en un año normal sobre el 20 de marzo o a finales de marzo”.

La única pega es que las horas de frío, aquellas que están por debajo de 7 grados centígrados, que se han producido a partir del 15 de febrero ya no entran en la cuantificación por lo que este año el cómputo oficial de horas frío es mucho menor del deseado. No llegan a 1.000 las horas frío, cuando lo deseable sería por encima de las 1.200 ó 1.300.

Aunque se va acercando la fecha de la floración el día todavía es una incógnita y de cómo será la campaña de la cereza del Jerte de este año más todavía. El deseo para la floración es que haya “temperaturas suaves” para que los árboles despierten, los insectos puedan polinizar y las flores queden fecundadas para posteriormente ofrecer las famosas cerezas de Jerte.