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Zona Press, con Carlos Mirás Avalos

La vida sin swing

A Coruña

5 de diciembre de 2015. Polideportivo Municipal de Pumarín, Oviedo. Aquel día fui testigo en primera persona de una de las actuaciones individuales más descollantes que he podido presenciar en una cancha de baloncesto en los últimos años. El alero estadounidense del Unión Financiera Oviedo Baloncesto Jordan Swing le endosó 42 puntos a un Leyma Básquet Coruña incapaz de contener la inspiración de un pelirrojo que metía en el cesto casi cada balón que pasaba por sus manos. El de Alabama encestó 8 triples de 9 intentos, alguno de ellos imposible, y lideró hasta la victoria al equipo del Principado (98-95) después de cuarenta y cinco minutos de emoción y de buen baloncesto (hubo prórroga).

19 de marzo de 2016. Palacio de los Deportes de Riazor, A Coruña. Colocados en el quinto y sexto puesto de la tabla clasificatoria y con idéntico récord de victorias-derrotas (14-11), Leyma Básquet Coruña y Unión Financiera Oviedo Baloncesto se jugarán la revancha. El partido estará cargado de trascendencia pues una victoria podría allanar un poco más el camino a los playoffs al equipo que la consiga.

Para el Leyma Básquet Coruña será importante no sólo ganar, sino hacerlo por más de los 3 puntos por los que cayó en Pumarín, ya que, de suceder así, dejaría a los ovetenses a dos victorias de distancia.

La tarea no será baladí. Los antecedentes no son buenos para el equipo coruñés. Hasta el momento, Básquet Coruña y Oviedo Baloncesto se han enfrentado en siete ocasiones en LEB Oro (dos de los partidos en una eliminatoria de cuartos de final por el ascenso) con un balance de 6 victorias y 1 sola derrota para el equipo asturiano.

A la cita del próximo sábado ambos equipos llegan con dinámicas bien diferentes. El Leyma Básquet Coruña ha conseguido tres victorias consecutivas (Peñas Huesca, C.B. Prat y Cocinas.com), mientras que el Unión Financiera ha perdido sus dos últimos choques, si bien es cierto que fueron ante los dos primeros clasificados de la competición (Quesos Cerrato Palencia y Baloncesto Melilla).

Una persona que no siga semanalmente la LEB Oro podría pensar que, desde la marcha de Jordan Swing al CAI Zaragoza, la vida ha sido un poco más dura para el Unión Financiera Oviedo Baloncesto pero los resultados desmienten tal hipótesis. Con Swing, el OCB consiguió un 56,25% de victorias (9 triunfos en 16 jornadas); desde su salida, un 55,55% (5 partidos ganados en 9 citas ligueras). De este modo, podemos concluir que la marcha del segundo máximo anotador y cuarto en valoración de la LEB Oro no ha sido tan traumática para los ovetenses.

Pero ¿cómo han superado los de Carles Marco la ausencia de Swing? La respuesta pasa por la implicación de algunas "piezas" que estaban rindiendo hasta ese momento por debajo de lo esperado, por una concepción del juego más global, esto es, repartiendo responsabilidades, actuando más como equipo, elevando el nivel de intensidad defensiva, cerrando mejor el rebote en su canasta y atacando los rechaces que se producen en el aro rival.

A nadie pasa desapercibido que jugadores como Dan Trist, Víctor Pérez o, sobre todo, Zaid Hearst y Andrés Miso han dado un paso adelante.

Andrés Miso llegó a Oviedo como refuerzo de lujo el pasado mes de noviembre. Después de realizar la pretemporada a las órdenes de Zeljko Obradovic en en el Fenerbahce de Estambul, el escolta madrileño decidió aceptar la oferta que le llegó desde Asturias y enfrentar su primera temporada en LEB Oro. A sus espaldas, 424 partidos en ACB, 39 de Eurocup, 12 de Euroliga. Más de 7.000 minutos y de 2.700 puntos en la máxima categoría del baloncesto español, más de 300 puntos en competición europea. Cifras poco usuales en un jugador de la LEB Oro, aval suficiente para confiarle el liderazgo del equipo.

Y Miso no está defraudando. Si bien es cierto que le llevó un tiempo adaptarse al ritmo de competición y empezar a destacar, desde la marcha de Swing, el ex de Estudiantes, Fuenlabrada, Baloncesto Sevilla CAI Zaragoza y UCAM Murcia se ha erigido en el referente de un equipo huérfano de su estrella americana.

Con Swing en el equipo, Miso había asumido el papel de escudero, promediando 8 puntos y 9.9 créditos de valoración por partido. Desde que el de Alabama hizo las maletas rumbo a la Liga Endesa, las prestaciones del escolta madrileño se han incrementado hasta los 13,3 puntos y 14,1 de valoración que lo convierten en el máximo anotador y jugador más valioso del OCB desde ese momento.

Si Andrés Miso ha dado un paso adelante desde la marcha de Swing, lo mismo se puede decir de Zaid Hearst. En sus primeros partidos con la camiseta ovetense, el escolta de pasaporte nigeriano estuvo más bien gris: 7,4 puntos y 5,2 de valoración hasta la partida de Swing. Desde aquel entonces ha duplicado sus cifras (11,6 puntos y 11,8 de valoración) y ha acallado críticas, mostrándose como un jugador incisivo, al que gusta crear situaciones de ventaja desde el poste bajo y apto para la ayuda en el rebote. Dadas sus características, me imagino que Tito Díaz intentará contener su juego de espaldas a canasta con sus habituales defensas zonales o con el marcaje hombre a hombre por parte de Larry Abia.

También Dan Trist ha mejorado sus estadísticas y, sobre todo, sus sensaciones en la cancha. Si bien todavía se le achaca falta de contundencia (por sus características, parece evidente que nunca será un pívot duro), el pívot nacido en Australia ha mejorado en todas las facetas del juego, pasando de los 9,8 créditos de valoración que acreditaba mientras estuvo Swing hasta los 12,6 que ha promediado desde aquel entonces.

A pesar de la progresión de Trist, los asturianos siguen teniendo un problema en la pintura, pues carecen de un jugador de perfil defensivo o intimidador que pueda hacer frente a los grandes pívots de la categoría (Arteaga, Guillén, el propio Sergio Olmos...). En estos menesteres, y aunque siempre ha sido básicamente un jugador de corte ofensivo, debería ser importante el concurso del gallego Mario Cabanas pero sus continuos problemas físicos (se ha perdido ya diez encuentros esta campaña) le han impedido rendir al nivel esperado.

El Unión Financiera Oviedo Baloncesto es un equipo que lanza más de 26 triples de promedio por partido (un 43,2% de sus tiros de campo). Con un tirador como Swing estas cifras eran levemente superiores (la diferencia es casi insignificante) pero tras su marcha conservan esa seña de identidad. Su mejor especialista, si bien no está siendo capaz de alcanzar la regularidad esta temporada, es VíctorPérez. El alero andaluz ha mejorado sus estadísticas en las últimas jornadas. Tras la marcha de Swing su porcentaje de acierto en lanzamientos triples ha aumentado en casi tres puntos porcentuales (con Swing acreditaba un 31,6% de acierto desde 6,75 m.; desde que el americano se fue un 33,9%), y también sus registros anotadores, que han pasado de un promedio de 8,2 puntos por partido en los 16 primeros partidos de liga a los 10,3 puntos que ha anotado de media en los partidos en los que el OCB ya no contó con Jordan Swing.

Otros jugadores importantes del conjunto asturiano son Ferrán Bassas y Kevin Van Wijk. El primero es el base y quizá el jugador clave del equipo. El catalán es el mejor pasador de la competición con 6,2 pases de canasta por partido, un jugador capaz de hacer mejores a sus compañeros que, a estas alturas de temporada, empieza a acusar la acumulación de minutos en sus piernas (juega más de 31 minutos de media), por lo que el trabajo de desgaste que sobre él puedan realizar Monaghan y Creus se antoja fundamental.

El ala pívot, por su parte, ha bajado sus prestaciones desde la marcha de Jordan Swing pero sigue siendo fundamental en los esquemas de Marco por su compromiso y su efectividad. Buena muestra de su capacidad defensiva la vivió en sus propias carnes un Beqa Burjanadze muy desdibujado en el partido de la primera vuelta (justo es reconocer aquí también la labor que realizó aquel día un "secundario" como Fernando Fernández Noval).

Si exceptuamos las derrotas cosechadas en tres de los cuatro últimos encuentros (ante Planasa Navarra, Quesos Cerrato Palencia y Melilla Baloncesto), podemos afirmar que el Unión Financiera Oviedo Baloncesto ha experimentado una notable mejora en la parcela defensiva tras la marcha de Jordan Swing. Pero los 89, 97 y 94 puntos recibidos en dichas citas ligueras empañan, y de qué manera, el trabajo realizado y nos hacen dudar de la capacidad del equipo del Principado para frenar un ataque tan inspirado como es el del Leyma Básquet Coruña.

En la faceta anotadora, sorprende descubrir que el OCB no ha acusado en demasía la pérdida de un talento como Swing. El club asturiano está promediando más puntos incluso que en "la era Swing", aunque la mejora es poco relevante (de 75,2 pasan a 75,8 puntos por partido).

En lo que respecta al apartado reboteador, se observa un gran aumento de las cifras reboteadoras, sobre todo de ataque. En los nueve partidos que ha disputado el OCB desde la venta de Swing, en conjunto asturiano ha promediado 35,2 capturas por encuentro, cifras muy superiores a los 29,7 rechaces que acreditaba en las 16 primeras jornadas de competición.

Esta mejoría reside, básicamente, en los progresos experimentados en el rebote de ataque, donde jugadores como Cabanas, Hearst, Trist y Van Wijk se están mostrando más agresivos y están logrando muchas capturas. Con Swing en su plantel, las cifras de rebotes ofensivos del OCB eran mediocres (7,5 rebotes ofensivos por partido), sin él logran recoger 11,6 rechaces bajo la canasta rival.

Hasta aquí mi análisis del próximo rival del Leyma Básquet Coruña, un Oviedo Baloncesto que ha sabido sobrevivir a la ausencia de su estrella pero que baja muchos enteros lejos de Pumarín (balance de 9 victorias y 4 derrotas como local y 5-7 cuando actúa como visitante), lo que nos hace ser optimistas de cara al partido del próximo sábado.

 
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