‘Manteros’ piden una alternativa tras la presión policial

Alicante

Los "manteros" de la ciudad de Alicante se sienten "indefensos" y han acudido al Ayuntamiento de Alicante para pedir ayuda.

Unas 150 familias aseguran encontrarse en una situación crítica ante el aumento de la presión policial en la zona de la Explanada del Puerto, último sitio que dicen, les quedaba para vender sus productos.

La mayoría de ellos son senegaleses. Llegan a la ciudad sin conocer el idioma y se dedican como primera actividad a la venta de artesanía sin licencia aunque explican que "cuando no es suficiente para mantener sus hogares se ven obligados a recurrir a productos de marcas falsificadas".

En una reunión a la que acudieron un centenar de personas que se dedican a esta actividad sin licencia, así como representantes de la Asociación Senegalesa en Alicante y la edil de Participación Ciudadana, Julia Angulo, lanzaron una propuesta al consistorio: la elaboración de un convenio que permita regularizar su situación, que les autorice a vender en algún sitio sus productos de artesanía, aquellos que no son considerados como ilegales, sin la presión policial de las últimas semanas y pagando sus impuestos.

Por ello solicitaron la reunión, para buscar una alternativa que les permita ganarse la vida de alguna manera. Son conscientes, explica la secretaria general de la Asociación Senegalesa, Faselle, de que tienen que cumplir la ley.

La petición más inmediata tras un mes paralizados, es que se les permita la venta en Semana Santa, y que además de vender artesanía, puedan realizar los trenzados en algún punto en condiciones. La edil Julia Angulo se ha comprometido a trasladar la propuesta y la situación por la que atraviesan al alcalde y a los responsables de Guanyar y Compromís para darles una respuesta el próximo martes. También se pondrá sobre la mesa la posiblidad de elaborar, además del acuerdo, un plan específico para dar de comer a estas familias.

El centenar de vendedores que acudió a la reunión, Angulo describe que le trasladaron su angustia y ruego y que, ante un problema que afecta a un colectivo tan representativo en la ciudad, "no se puede mirar hacia otro lado". Ha aludido a la situación por la que atraviesan los refugiados sirios para los que urge una respuesta humanitaria.